Según la última actualización del Diario Oficial de Galicia nº82 de 4 de mayo de 2015 con referencia a la clasificación del empleado de Función Pública para acceder al grupo C subgrupo C1, es necesario estar en posesión del título de bachiller o técnico (FP1 grado medio).
Sin embargo, los TCE del SERGAS continúan en la categoría C2, por lo que siguen pendientes de reclasificarnos en la catgoría C1 que corresponde por normativa.
SAE está trabajando con grupos parlamentarios para presentar en la Comisión de Sanidad del Congreso de Diputados una Proposición no de Ley sobre este tema.
Ya en su momento pusimos una reclamación judicial.
 

SAE ha solicitado el cambio de denominación en las tarjetas identificativas, contratos, nóminas y todos los documentos oficiales para que aparezca la denominación de TCAI (Técnico en Cuidados de Enfermería) en lugar del antiguo Auxiliar de Enfermería.
Ya que la evolución natural a nivel de formación tanto a nivel teórico como práctico de nuestro grupo profesional, la ha convertido en una categoría eminentemente técnica, variando así la convicción anterior que nos otorgaba un papel más secundario dentro del ámbito sanitario.
 

El Diputado del Común estima la queja que SAE interpuso para que se lleven a cabo las acciones y gestiones, dentro del ámbito de sus competencias, tendentes a que la Administración regule las funciones del TCE, poniendo así fin a una situación injusta y anormalmente antigua que facilite el buen funcionamiento de la sanidad.

Tras el envío de escritos dirigidos a la Dirección del Hospital, SAE ha conseguido que los TCE dejen de limpiar los pies de goteo, los colchones antiescaras y los carros de curas y de medicación vacíos.
Nuestro trabajo es de asistencia al enfermo y no de comodín en las limpiezas.

Hemos solicitado el cambio de denominación en las tarjetas identificativas, contratos, nóminas y todos los documentos oficiales donde aparezca la denominación de TCAI TECNIC EN CURAS D´INFERMERIA en lugar del antiguo Auxiliar de Enfermería.
La evolución natural a nivel de formación, tanto teórico como práctico, de nuestro grupo profesional, nos ha convertido en una categoría eminentemente técnica, variando así la convicción anterior que nos otorgaba un papel más secundario dentro del ámbito sanitario.