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Los recursos con que cuenta el transporte sanitario en Ibiza se alejan insolentemente de los medios que tienen en Mallorca o Menorca, lo que es un insulto para los ciudadanos y una falta de respeto para los profesionales, que ponen en riesgo su integridad al tener que trabajar bajo temperaturas extremadamente altas mientras buscan soluciones para poder atender de la mejor manera posible a los pacientes.
Así, mientras que en Ibiza los Técnicos en Emergencias Sanitarias (TES) tienen que generar sombra sosteniendo el parasol de un vehículo para poder atender al paciente adecuadamente, en Mallorca o Menorca cuentan con carpas y ventiladores que facilitan la asistencia a los ciudadanos.
“Por ello, desde USAE exigimos, como ya existe en estas islas, la implementación de un vehículo de logística sanitaria de apoyo en los servicios, pues los ciudadanos de Ibiza no son pacientes de segunda clase, tal y como da a entender la Administración al mantener este agravio comparativo entre islas”, explica José Manuel Maroto, delegado de USAE en Baleares.
Esta situación se suma al mal estado en el que se encuentran los vehículos, que están frecuentemente averiados, dejando los recursos bajo mínimos. Una realidad denunciada en varias ocasiones por USAE sin que GSAIB haya aportado una solución para prevenir las consecuencias que tiene para los ciudadanos unas ambulancias deficientes.
“Esperamos que a finales de año podamos contar con las ambulancias nuevas que nos han prometido, pero hasta entonces la situación es de riesgo para los trabajadores y los usuarios”, concluye el delegado de USAE.
La empresa GSAIB está obligando a los profesionales Técnicos en Emergencias Sanitarias a utilizar vehículos de clase A –ambulancias de servicios programados y desplazamientos- como si fueran de clase B o C –ambulancias de Soporte Vital Básico y Avanzado-, con el riesgo que ello conlleva para los usuarios y los profesionales.
Según el RD 836/2012, de 25 de mayo, por el que se establecen las características técnicas, el equipamiento sanitario y la dotación de personal de los vehículos de transporte sanitario por carretera, las ambulancias no asistenciales –clase A1 y A2- “no están acondicionadas para la asistencia sanitaria en ruta”, por lo que su empleo para llevar a cabo servicios de urgencias contraviene la norma legal y pone en peligro la atención al no estar adecuadamente equipadas. Para solventar este problema, se están empleando mochilas asistenciales, pero estos recursos no cuentan con las sujeciones adecuadas, de manera que, ante un frenazo o cualquier incidencia en ruta, pueden golpear a los usuarios y profesionales. A esto hay que añadir un retraso en los servicios programados, lo que, sin duda, afecta a los ciudadanos.
Esta situación se produce porque la flota está envejecida lo que hace que los vehículos estén constantemente averiados, dejando los recursos bajo mínimos. A este problema se une la falta de aire acondicionado, lo que hace que el interior de las ambulancias llegue a alcanzar los 40º, contraviniendo así lo recogido en el en el anexo III del Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo: “en la medida de lo posible, las condiciones ambientales de los lugares de trabajo no deben constituir una fuente de incomodidad o molestia para los trabajadores. A tal efecto, deberán evitarse las temperaturas y las humedades extremas…”.
“Desde USAE llevamos años denunciando el estado de los vehículos sin que GSAIB haya adoptado una solución que previniera esta situación. Esperamos que a finales de año podamos contar con las ambulancias nuevas que nos han prometido, pero hasta entonces la situación es de riesgo para los trabajadores y los usuarios, pues el servicio de urgencias no se está prestando con los recursos legalmente establecidos”, explican los responsables de USAE.
Usuarios y profesionales del centro de salud Son Gotleu están sufriendo las consecuencias de la falta de mantenimiento que tiene el centro, a las que este verano se han sumado las derivadas de las averías del aire acondicionado y del ascensor: la baja de varios facultativos por golpe de calor y que los usuarios no puedan ser atendidos adecuadamente al tener las consultas en la segunda planta.
En cuanto a las altas temperaturas que se están alcanzado en el centro, queremos recordar que estamos ante un problema de salud laboral tipificado en el anexo III del Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo: “en la medida de lo posible, las condiciones ambientales de los lugares de trabajo no deben constituir una fuente de incomodidad o molestia para los trabajadores. A tal efecto, deberán evitarse las temperaturas y las humedades extremas…”.
Estas condiciones, además de poner en riesgo la integridad física de pacientes y profesionales, tampoco son apropiadas para los medicamentos, que desde hace dos semanas no pueden subirse al almacén debido a la inoperatividad del ascensor. Así, ahora mismo, hay más de 30 cajas de material en medio de un pasillo, sin la vigilancia que deberían tener.
Pero esta situación no solo afecta a los recursos materiales; los pacientes que no pueden subir a la segunda planta, deben esperar a que su médico baje y quede libre una consulta para atenderles.
“Estamos viviendo una situación indignante para profesionales y pacientes que no parece que vaya a resolverse de forma inmediata, pues la dirección del centro nos ha trasladado que ninguna de las dos averías se solucionará en breve. Si realmente queremos preservar una asistencia de calidad y segura para los usuarios y los profesionales, es necesario una inversión real en los recursos materiales, así como la adaptación del centro a las necesidades actuales, pues desde que se inauguró en 2010 no ha tenido un mantenimiento acorde al crecimiento de la población, que se ha duplicado en los últimos 15 años”, explica Sergio David Liñayo, delegado de USAE en el centro.
Baleares, 7 de julio de 2025.- Ibiza y Formentera contarán con tres ambulancias nuevas antes de que acabe el mes de julio gracias a las gestiones realizadas por USAE (Unión Sindical de Técnicos Sanitarios), que llevaba meses denunciando la precaria situación del parque móvil en estas islas.
José Manuel Maroto, delegado de USAE en Baleares, ha explicado que “una vez hemos tenido constancia de la llegada de 5 coches nuevos con el carrozado definitivo de las ambulancias a las Islas Baleares, desde USAE hemos realizado una petición expresa para que en la distribución de estos vehículos se tuviera en cuenta que Ibiza y Formentera estaban en la peor situación”
“Finalmente, la gerencia del Samu061 nos ha confirmado hoy que se ha aceptado nuestra petición porque los argumentos expuestos no dejan lugar a dudas. Sería preciso una dotación aún mayor, pero, sin duda, estos vehículos mejoran la situación del parque móvil de ambulancias”, manifiesta el delegado de USAE.
“No obstante, quedan muchas cuestiones por resolver, fundamentalmente las que afectan a los Técnicos en Emergencias Sanitarias en lo referente a sus condiciones laborales, y la falta de contratación de profesionales es una de ellas. El aumento de la población flotante durante los meses de verano es un criterio inexcusable para que las plantillas de profesionales sanitarios, y los Técnicos de Emergencias Sanitarias lo son, estén debidamente dotadas para cubrir debidamente las necesidades asistenciales de toda la población”, continúa el delegado de USAE.
Celebramos la dotación de los nuevos vehículos, pero seguiremos trabajando para que el servicio asistencial de transporte sanitario se lleve a cabo en condiciones dignas para los profesionales y con las debidas garantías para los usuarios”, concluye José Manuel Maroto.
USAE ha presentado escrito ante el Director General de IB-SALUT, solicitando, una vez más, el incremento de plantilla de Técnicos en Cuidados de Enfermería (TCE) en el servicio de Urgencias del Hospital Son Llátzer donde ahora mismo, en el turno de mañana, un único profesional debe cubrir las urgencias de psiquiatría, la de traumatología y el box de aislamiento inverso.
Esta situación no solo genera estrés y agotamiento en el trabajador, sino la saturación del servicio, lo que merma la calidad sanitaria a la que tiene derecho el usuario. Ayer, por ejemplo, este profesional tuvo que atender a siete pacientes psiquiátricos contenidos, a quienes entraron por traumatología y a quienes permanecían en el box.
No es la primera vez que trasladamos a los responsables sanitarios esta situación, que ya podemos calificar de alarmante. Como tampoco es la primera vez que denunciamos la situación que provocan las altas temperaturas: desde hace años, todos los veranos, nos vemos obligados a comunicar las consecuencias de no contar con un sistema de refrigeración adecuado. Así, ayer por la tarde, algunos profesionales del servicio sufrieron mareos y dolores de cabeza, mientras que en la sala de espera, se tuvieron que atender varios casos de lipotimia por el exceso de calor que se concentra en esta zona.
Desde USAE hemos trasladado, en varias ocasiones, al Comité de Seguridad y Salud y al responsable de mantenimiento esta situación, que se extiende al área de hospitalización, donde los pacientes deben traerse ventiladores debido a las elevadas temperaturas que alcanzan las habitaciones.
El Anexo III del Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, recoge que, “en la medida de lo posible, las condiciones ambientales de los lugares de trabajo no deben constituir una fuente de incomodidad o molestia para los trabajadores. A tal efecto, deberán evitarse las temperaturas y las humedades extremas, los cambios bruscos de temperatura, las corrientes de aire molestas, los olores desagradables, la irradiación excesiva y, en particular, la radiación solar a través de ventanas, luces o tabiques acristalados”. Así, según la normativa, en los locales donde se realizan trabajos ligeros, la temperatura debe estar comprendida entre 14 y 25 º C, una horquilla que, desde luego, el servicio de urgencias de Son Llátzer supera por mucho.
“Normalizar la falta de personal y de espacios adecuados para atender a los pacientes no solo es inhumano, sino también un riesgo para la salud de los propios profesionales. Por eso, desde USAE exigimos nuevamente que se refuercen las plantillas de TCE del turno de mañana del servicio de urgencias; así como que se pongan en marcha las actuaciones necesarias para mantener el hospital con una temperatura adecuada. Es la única forma de garantizar una atención sanitaria segura y de calidad”, añade María Bustamante.