El Sindicato de Técnicos de Enfermería comunica, a través de notas de prensa o cartas al director, a los medios de comunicación todas aquellas informaciones de interés público y profesional en las que SAE es noticia.
Del 12 al 22% de la población española padece el síndrome de vejiga hiperactiva.
La pérdida involuntaria de orina, definida como incontinencia urinaria, puede ser una de las secuelas de sufrir un ictus. Cuando se sufre este proceso se pueden producir daños en los centros cerebrales y afectar al control de la vejiga, dando lugar, la mayoría de las veces a incontinencia urinaria. Cuanto más grave es el accidente cerebrovascular mayor es la probabilidad de incontinencia urinaria.
Según los datos de 2018, puede afectar a entre 40% y 60% de los pacientes que ingresan en el hospital tras un Ictus. Por lo general el 25% presenta este problema en el momento del alta y el 15% sigue con una incontinencia después de un año. La recuperación de la incontinencia puede mejorar la moral y la autoestima y por consiguiente acelerar la recuperación general del ictus.
Los cuidados que reciben los pacientes con ictus e incontinencia urinaria, raramente se adecuan a las recomendaciones marcadas por las guías clínicas, prestándose muy poca atención a la incontinencia a pesar de las consecuencias que tiene ya que repercute en el sueño, las actividades diarias, la calidad de vida, malestar físico la vida social, las relaciones interpersonales además, la depresión es dos veces más frecuente en los supervivientes de un ictus que tienen incontinencia.
Ángela Expósito Ruiz, Mercedes Redondo González, Ana M. ª Ortiz Oteo, autores de la ponencia Incontinencia urinaria después del ictus, insistieron en que “los objetivos del tratamiento y el tipo de terapia a aplicar deben ser individualizados y es un proceso limitado en el tiempo y que tiene como finalidad conseguir la máxima capacidad funcional, facilitando la independencia y la reintegración al entorno socio familiar y laboral, si es posible. Este proceso debe implicar activamente al paciente y a su familiar, o cuidador principal en el tratamiento”.
El TCE es un profesional que se encuentra en primera línea en el abordaje de la incontinencia asociada al ictus, colabora en la aplicación de actividades específicas que ayudan a mejorar su control, una intervención temprana y multidisciplinar influye en que menos personas presenten incontinencia urinaria en el momento del alta. Se convierte así, en el personal sanitario de referencia para los pacientes y es el responsable de aplicar técnicas de modificación conductual.
Alternativas en el tratamiento: como terapia de neuromodulación de raíces sacras, inyección de toxina botulímica
La incontinencia urinaria supone un elevado coste sanitario originado por el consumo de fármacos, visitas médicas, evaluaciones diagnósticas… y un elevado coste a nivel social en forma de absentismo y bajas laborales. Aproximadamente entre 50 y 60 millones de personas padecen síndrome de vejiga hiperactiva en países industrializados, en España un 12-22% de la población.
“Según la Asociación Española de Urología en torno al 25% de las mujeres y el 20% de los hombres se ven afectados por la vejiga hiperactiva. Sin embargo, no se diagnostica en todos los casos, ya que la gente no le da toda la importancia que tiene o, con frecuencia, siente vergüenza en acudir al especialista” tal y como expusieron Joana Bauza Plomer, Jeronia Llabres Moranta de la Residencia Santa Domingo y del Hospital de Manacor en Baleares durante la presentación de su ponencia en la que explicaron La neuromodulación en el tratamiento de la incontinencia urinaria mixta y vejiga hiperactiva.
Tal y como subrayaron “las causas de este trastorno urinario pueden ser muy diversas y entre ellas están las anomalías congénitas del tracto urinario inferior, la debilidad de los músculos pélvicos o nervios dañados que pueden enviar señales a la vejiga en el momento equivocado o no enviar ninguna señal en absoluto, de modo que el cerebro no puede saber cuándo la vejiga está llena”.
Los escapes pueden ocurrir cuando la medicación o el alcohol afectan los nervios o los músculos, por una infección, exceso de peso o sedentarismo.
Existen diferentes tratamientos y estrategias de conducta para evitar las consecuencias pero si estas estrategias no son suficientes se puede intervenir con la conocida como terapia de neuromodulación de raíces sacras para ayudar al paciente a recuperar el control de su vejiga.
Otra de las alternativas en el tratamiento de la incontinencia urinaria de urgencia para aquellos pacientes que no han tenido una respuesta adecuada a los fármacos o no los tolera son las inyecciones de toxina botulímica y en el procedimiento de éstas centraron su intervención M.ª Ángeles Alcalde Franco, M.ª del Carmen Martín Abarca, Marta Valencia Villanueva y Virginia Prieto Bustos del Hospital Universitario de Basurto (Vizcaya)
El fundamento del uso de la toxina botulínica en este tipo de incontinencia es por un lado paralizar el músculo detrusor, deteniendo las contracciones involuntarias que causan la urgencia, actuando sobre las neuronas motoras que lo controlan, y por otro lado, inhibir las neuronas sensitivas que informan del llenado, aumentando la capacidad de la vejiga. Dado que el efecto del fármaco es reversible y dura de 6 a 9 meses posteriormente se precisará repetir las inyecciones de toxina botulínica para volver al efecto paralizador.
En el Hospital Universitario de Basurto se ha elaborado un protocolo unificando criterios en el procedimiento que garantiza unas prácticas excelentes y seguras del equipo multidisciplinar de ambos servicios por los que pasa el paciente, urología y hospital de día.
Se realiza en la consulta de Urología, sin ingreso hospitalario, bajo anestesia local para luego pasar al Hospital de Día, donde permanecerá el paciente en observación hasta ser dado de alta hospitalaria.
Su puesta en marcha permite la posibilidad de realizar este tratamiento sin ingreso al ser realizado con anestesia local, por lo que los gastos hospitalarios se ven reducidos, favorece que el paciente se incorpore a su vida diaria de forma casi inmediata, además con la gran satisfacción de ver mejorada de manera espectacular su calidad de vida personal, laboral y social.
Una de las patologías más graves de la vejiga es la extrofia vesical, una anomalía congénita que afecta al aparato urogenital y es considerada enfermedad rara, por los escasos precedentes que hay. Jorge Páez de la Mata y Eva Domínguez Mira del Hospital Universitario Ramón y Cajal Madrid centraron su intervención en Cuidar y enseñar a cuidar a personas afectadas por extrofia vesical con el propósito de dar visibilidad esta patología poco común no solo respecto a los pacientes sino también con las familias que son los grandes olvidados, desde el primer instante en los cuidados del recién nacido hasta que los afectados realizan sus autocuidados.
En nuestro país hay una prevalencia de 1 por cada 35.000 recién nacidos vivos que sufren esta patología, siendo hasta 5 veces más frecuente en pacientes varones. El último dato recogido de afectados en la población es inferior a 100 personas.
El diagnóstico puede hacerse mediante ecografía entre las 15 y 32 semanas de gestación durante los controles habituales, aunque es difícil determinarlo. Sólo el 50% se diagnostica durante el embarazo.
La cirugía puede hacerse de diferentes formas, y se debe adecuar a las necesidades y al sexo del recién nacido y depende de la técnica usada en la intervención pueden variar las medidas a tomar, la prolongación de los cuidados o el tiempo de retirada de los distintos drenajes.
A pesar de ello y de las técnicas de reconstrucción en ocasiones se mantiene la incontinencia y son necesarias otras alternativas para mantenerlos secos.
La transición de estos pacientes a la adolescencia es difícil, emocionalmente no se encuentran estables y abandonan muchos de los cuidados. El cambio de especialista supone de la pérdida de confianza en la persona que les ha servido de ayuda toda la vida hace que la depresión y a ansiedad estén sean frecuentes tanto en los pacientes como en los familiares.
Las familias y los propios afectados demandan la presencia de psicólogos especializados, y aunque les presta atención el servicio de psiquiatría, no lo ven suficiente en un cambio tan brusco para ellos.
Asimismo, los varones tienen cierto temor a iniciar las relaciones sexuales por la forma encorvada y corta del pene, por eso es importante la buena reconstrucción para que la estética mejore. Este es principalmente el motivo de inseguridad en este aspecto aunque la función sexual y libido de estos pacientes son normales, pero el riesgo de infertilidad es mayor en hombres, así como la eyaculación retrograda.
En las mujeres no suele haber problemas, aunque existe una minoría de pacientes que necesiten una ampliación del introito vaginal.
Antes de mantener relaciones sexuales es importante hacer vaciado de la vejiga en ambos sexos, y en las mujeres especialmente. Si se presentase alguna infección, también es necesario realizar una profilaxis antibiótica, pautado siempre por su doctor.
El Sindicato de Técnicos de Enfermería quiere denunciar públicamente las ofertas de trabajo que están circulando en las redes sociales de los diferentes hospitales públicos de Baleares al ser un proceso selectivo no contemplado dentro de los establecidos por el Servicio Balear de Salud, cuyas contrataciones se realizan a través de la bolsa de empleo única y la bolsa subsidiaria.
El Hospital Son Espases, el Hospital Son Llàtzer, el Hospital de Manacor o el Hospital de Inca son algunos de los centros asistenciales que están anunciando a través de sus redes sociales y grupos de whatsapp estas ofertas de trabajo para cuyo acceso, los interesados, únicamente, tienen que enviar su currículum vitae.
Esta práctica responde a una ilegalidad, ya que IBSALUT tiene una bolsa única de trabajo y una bolsa subsidiaria a través de las cuales los profesionales, en los periodos establecidos, pueden inscribirse o actualizar su documentación. Este es el sistema oficial con que cuenta el Servicio Balear de Salud para realizar las contrataciones para cubrir bajas, vacaciones, reforzar las plantillas, etc. en los hospitales públicos. Cualquier otra forma de contratación no es oficial y, por lo tanto, no es legítima.
“Los responsables de IBSALUT nos han indicado que no tienen información sobre este problema porque las gerencias de los hospitales implicados no han respondido a sus llamadas para aclarar qué es lo que está pasando. Por ello, desde SAE nos gustaría que las gerencias, las direcciones o las subdirecciones de enfermería de estos centros abordaran esta situación y dieran una explicación sobre esta actuación, que, sin lugar a dudas, supone una falta de respecto para los profesionales que están en las bolsas de trabajo. La inacción de los responsables hospitalarios responde a una actitud irresponsable y a una nefasta gestión, por ello, esperamos que comiencen a adoptar, cuanto antes, las medidas oportunas para que este tipo de ofertas dejen de circular por las redes sociales”, explica Alejandro Juan Alonso, vocal de Acción Sindical de SAE en Baleares.
Segunda jornada del XXX Congreso Nacional de TCE y TES.
• El 8% de las niñas y el 3% de los niños tendrán una infección urinaria antes de los 7 años de edad
• Ante un cáncer el sexo puede no ser una prioridad y los pacientes necesitan una atención integral que incluya a sus parejas
Las enfermedades prostáticas las relacionamos, en general, con hombres mayores o que ya han cumplido la quinta década de vida. Pero existen algunas enfermedades que afectan a la glándula prostática y que pueden presentarse antes de esa edad: prostatitis, hiperplasia benigna de próstata y cáncer de próstata. En ellas basaron su intervención Cuidados en las patologías prostáticas más frecuentes los profesionales del Hospital Son Llátzer de Baleares: Mª Victoria Rodríguez López y Mª Bustamante Liñan.
Tal y como expusieron, “el avance en el conocimiento de las enfermedades ha permitido la práctica de un diagnóstico más certero, en muchas ocasiones menos cruento, de una cirugía mucho menos agresiva, una quimioterapia más selectiva y con menos efectos…”
“Pero todo esto no serviría de nada sin el apoyo sanitario interdisciplinar necesario para la recuperación global y no sólo física de salud. Estas patologías suelen aparecer en edades en las cuales aún el paciente es bastante independiente en su vida, por lo que debemos ayudar a que la persona afectada aprenda a conocerse, y a sobreponerse del proceso con una actitud activa, no simplemente “paciente”, hacerle conocedor y partícipe de todo el proceso y los cuidados adecuados” manifestaron las profesionales.
“No debemos olvidar que no todo se puede reducir a proporcionar cuidados, administrar técnicas, sino que es muy necesario escuchar, comprender, y ayudar a superar el miedo de nuestros pacientes para una recuperación de la afección mucho más llevadera”, concluyeron estas autoras en su intervención.
Infecciones urinarias provocadas por la sonda uretral
La infección del tracto urinario asociada a sonda uretral (ITU-SU) es una de las infecciones más frecuentes que se dan en la asistencia sanitaria, representando hasta el 40% de todas las infecciones hospitalarias lo que supone un grave problema de salud.
Este tipo de sonda es habitual en las unidades de cuidados intensivos ya que entre el 50% y el 80% de los pacientes ingresados en UCI de adultos la portan. El riesgo aumenta dependiendo de los días de sondaje vesical, de su permanencia y de la calidad de los cuidados del personal sanitario en relación con la inserción y manipulación de la sonda.
Si se cumplen correctamente las prácticas de prevención de infecciones se puede evitar hasta el 65-70% de las ITU-SU. De hecho, en las Unidades de Cuidados Intensivos españolas se ha observado una disminución de este tipo de infección coincidiendo con la implementación de los proyectos de seguridad en pacientes críticos, aunque en el año 2016 y 2017 las tasas de ITU-SU son 3.8 y 3.75 episodios por 1.000 días de sonda uretral.
Para reducir estas cifras se está realizando en las Unidades de Cuidados Intensivos la aplicación del protocolo ITU-ZERO, que se puede implantar de forma progresiva, adaptándolo a la realidad de cada centro y aprovechando los medios y las experiencias ya existentes. Este fue el eje central de la primera ponencia en la jornada de hoy del XXX Congreso Nacional de TCE y TES, y que presentaron Virginia Lobo Bartol y Alejandra Matamala Fernández, TCE del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
En este sentido, señalaron que “las diferentes guías publicadas que hacen referencia a la prevención de estas infecciones recomiendan el uso apropiado de la sonda uretral, la inserción aséptica de la misma, el mantenimiento adecuado y la retirada lo más precozmente posible, así como la correcta práctica de la higiene de manos y las estrategias educativas que pasan por capacitar el personal involucrado y utilizar la técnica apropiada para la inserción del catéter”.
30.000 casos anuales de cáncer de próstata
El carcinoma de próstata, del que se diagnostican 30.000 casos al año, es un tumor que se presenta en hombres mayores de 50 años y que se caracteriza por ser un cáncer de alta incidencia, de crecimiento lento y por tener una alta tasa de respuesta ante el tratamiento hormonal o la cirugía. De ellos, cerca del 50% son sometidos a una prostatectomía radical, extracción completa de la próstata para liberar al paciente del tumor.
En la presentación que de su trabajo Intervención del TCAE: superar la disfunción eréctil tras prostatectomía radical hicieron los TCE de Hospital Ramón y Cajal de Madrid Eva M. ª Martínez Sánchez, Lourdes López Amorín y Purificación Logroño Rubio explicaron que “tras este proceso, muchos pacientes pueden experimentar incontinencia urinaria y disfunción eréctil, dos complicaciones con un alto componente social que dificulta en gran medida la calidad de vida del paciente”.
La disfunción eréctil se considera un problema de salud pública que actúa como marcador de otras enfermedades más graves y que afecta a la calidad de vida con una bajada de autoestima, sentimientos de culpa y depresión que pueden manifestarse a través de síntomas somáticos o conductas adictivas.
Sin embargo, los pacientes con cáncer de próstata que reciben educación e intervenciones psicosociales, sufren niveles más bajos de ansiedad, de trastornos del estado de ánimo, náuseas, vómitos y dolor, además de tener una mejor comprensión de su enfermedad y su tratamiento. Sin embargo, esta información hay que adecuarla a las necesidades específicas de cada paciente, dependiendo de la población a la que pertenezca, considerando su nivel educativo y cultural.
Los Técnicos en Cuidados de Enfermería brindan atención al paciente intervenido quirúrgicamente de prostatectomía radical, no solamente en lo que respecta al cuidado de su enfermedad, sino de manera integral y consideran que el proceso de aprendizaje puede verse afectado por el estado emocional del paciente, al principio, tratar el cáncer suele ser la principal preocupación por lo que el sexo puede que no sea una prioridad.
Asimismo, plantearon que “los hombres adoptan una actitud estoica y manifiestan dificultades a la hora de pedir ayuda en temas relacionados como la sexualidad, la salud e información sobre el malestar emocional y las dificultades mentales que puedan aparecer a la hora de afrontar las nuevas situaciones a las que se enfrenta”.
En este sentido, “es fundamental considerar la importancia de las compañeras de los pacientes para el enfrentamiento de la disfunción eréctil. Ellas también necesitan apoyo emocional y enseñanza sobre cuestiones referidas al cáncer de próstata y sus complicaciones, viven una carga de estrés considerable durante el tratamiento del cáncer de próstata, muchas veces por ejercer el papel de cuidadoras durante todo el periodo postoperatoria y aún por poderse sentir en cierta forma rechazadas por los maridos ante la disfunción eréctil. Por eso las intervenciones orientadas a ellas son también fundamentales”.
Urología pediátrica
Las infecciones del trato urinario afectan también a los más pequeños y la convierten en una de las patologías más prevalentes en pediatría, constituyendo uno de los principales motivos de consulta en los servicios de urgencias pediátricas.
También los niños se enfrentan a patologías urológicas hasta el punto de considerarse la urología pediátrica como una subespecialidad que abarca todas las patologías de las vías urinarias y genitales desde el nacimiento hasta los 15 años, siendo frecuente el tratamiento de pacientes antes de nacer, con diagnósticos ecográficos neonatales.
Los urólogos pediátricos atienden problemas urinarios y genitales en niños además de desórdenes al orinar, reflujo vesico uretral, infecciones del aparato urinario que requieren cirugía, afecciones de la ingle en la niñez, entre otras.
Aproximadamente el 8-10% de las niñas y el 2-3% de los niños tendrán una infección del trato urinario antes de los 7 años de edad, siendo más prevalente en varones durante los primeros tres meses de vida e invirtiéndose esta situación a partir del año de edad con un mayor predominio en las niñas.
Así, lo expusieron durante su intervención Infección urinaria en pediatría: uso de la bolsa estéril perineal los TCE del Hospital Universitario Santa Lucía de Cartagena, Juana Solano Ardil, M.ª Carmen Martínez Martínez y M.ª Carmen Gracia Molina.
En cuanto a la sintomatología de esta enfermedad suele variar en función de la edad del niño y por eso es fundamental realizar un buen diagnóstico precoz con el fin de detectar la patogénesis de la infección, tratar y evaluar a los niños que tengan riesgo de sufrir daño renal, descartar sepsis y evitar tratamientos innecesarios.
Un buen diagnóstico de infección del trato urinario se basa tanto en la clínica del niño como en los datos de análisis de orina, por ello es fundamental el procedimiento de recolección de la muestra de orina, ya que los resultados pueden variar en función del método empleado ya que la adecuada recogida de la muestra de orina y su interpretación en el contexto clínico evitarán errores diagnósticos y tratamientos innecesarios.
Las patologías urológicas pediátricas más frecuentes son las enfermedades renales congénitas que representan aproximadamente un 20-30% de todas las anomalías identificadas en el periodo neonatal. Pueden ser anomalías relacionadas con la migración de riñones o del sistema colector, de patologías urológicas, necrosis tubular aguda, necrosis cortical…
En cualquier caso, los profesionales deben asegurarse de proporcionar una mayor excelencia en los cuidados que ofrecen a los pacientes con el fin de conseguir una mejor calidad de vida, y que estos puedan adaptarse de la mejor manera posible a la situación a la que se enfrentan, sin olvidar que el ingreso en la unidad siempre resulta traumática, no solo para el paciente, sino también para los acompañantes, por lo que con el fin aliviar tensiones los familiares también deben recibir atención y ayuda. Paloma Zafra Fernández y Jesús Trujillo Ríos, Hospital Universitario La Zarzuela insistieron en los Cuidados de las patologías urológicas en la unidad de neonatología.
Relación directa de la enfermedad renal con la pérdida auditiva.
Más de la mitad de los pacientes con enfermedad crónica renal tienen pérdida de audición que puede ser severa en casi el 30% de los pacientes lo que manifiesta la relación directa que existe entre las enfermedades renales y la pérdida de audición. Así, lo han manifestado los TCE del Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla) M.ª Dolores Medina Jiménez, Rosario del Carmen Acosta Salas., Beatriz Tena García, M.ª Eugenia Acosta Mosquera.
En particular, se ha comprobado que existe una afectación importante en los pacientes en tratamiento de hemodiálisis, ya que las toxinas que se acumulan por una insuficiencia renal crónica pueden dañar los nervios, muy especialmente los que se incluyen dentro del oído interno y algunas enfermedades genéticas o síndromes que combinan las malformaciones auditivas, con las nefropatías congénitas debido a las similitudes estructurales y funcionales entre los tejidos del oído interno y el riñón.
En cualquier caso, los profesionales han insistido en priorizar la formación para fundamental para conocer la relación existente entre las diferentes patologías con la finalidad de poder participar en la detección precoz de las patologías auditivas (hipoacusias, vértigos, y/o acúfenos), que con frecuencia se producen en los pacientes con patologías renales crónicas; ya que ello supone una importante afectación en su calidad de vida e incluso para conseguir una efectiva detección precoz.
- Menos de la mitad de la población que sufre pérdida de orina busca ayuda profesional.
- 200 millones de mujeres en todo el mundo padecen incontinencia urinaria y a pesar de ello siguen siendo infra diagnótico por vergüenza.
Durante muchos años se ha hablado casi exclusivamente de la menopausia y de sus riesgos, como si el declinar hormonal con los años fuese sólo un asunto de mujeres y los hombres se mantuviesen ajenos a dicho acontecimiento.
Sin embargo, tal y como expusieron en la jornada inaugural del XXX Congreso Nacional de TCE y TES, los profesionales del Hospital Son Llátzer de Baleares Antonio Rodríguez López y Mª del Carmen Molinos Chavarrias durante la presentación de Andropausia, el climaterio masculino, “la andropausia es un proceso natural e irreversible, marcado por la caída de la testosterona y que conlleva el declive gradual de todas las funciones fisiológicas del varón, durante el cual manifiestan alteraciones en la vida física, emocional y sexual. No es una enfermedad ni un defecto y, por tanto, ni se puede prevenir ni tiene cura”.
Los autores señalaron que “existe gran variabilidad en los niveles de testosterona entre los hombres sanos, de manera tal que no todos experimentarán los mismos cambios en la misma medida. Tampoco es predecible saber ni a qué edad comenzarán los síntomas ni cuáles son los que padecerá cada persona que pueden ser tanto orgánicos como psicológicos y que, además, abarca un lapso de tiempo bastante mayor que el de la menopausia en la mujer. En definitiva, cada caso de andropausia debe tratarse de forma individual con el propósito de lograr una mejor calidad de vida”.
Los hombres a quienes los síntomas de la andropausia amenazan con afectar su vida cotidiana pueden buscar apoyo profesional multidisciplinario, que incluya apoyo psicológico para facilitar el desarrollo de aquellas áreas de su personalidad que pudieran estar incidiendo en sus dificultades para enfrentar los retos característicos de esta etapa.
Los autores apuntaron la necesidad de que los varones dispongan de una terapia de sustitución hormonal adecuada, que alcance niveles adecuados de testosterona, que sea bien tolerada, y con un costo razonable, con el fin de prevenir la osteoporosis masculina, mejorar la función sexual y cognitiva y mejorar la condición física. La paradoja consiste en que los pacientes que constituyen la población ideal para el reemplazo son los más susceptibles a los efectos secundarios y complicaciones en el uso del tratamiento.
“Es muy poco lo que ayuda la cultura y educación que reciben estos hombres en nuestra sociedad, para poder aceptar adecuadamente los cambios que le ocurren en su mediana edad. Por ello resulta muy importante hablar, solicitar ayuda, sin prestar atención a absurdos prejuicios u orgullos machistas que provoquen la dura carga de ocultar sus dudas y sensaciones”.
Concluyeron estos autores que “es justamente este “silencio” el que dificulta la posibilidad de conocer mucho de lo que le sucede al hombre durante estas crisis vitales, sobre todo al comparar esta transición con la que atraviesan las mujeres, -que suelen ser más expresivas-, durante la menopausia que está mucho más definida”.
En el acto de inauguración de este Congreso, que se desarrollará hasta el próximo día 31 y al que asisten 400 profesionales, han participado el director del área de salud y consumo del Ayuntamiento de Bilbao, J. Javier Orduna Zubiri, la subdirectora de enfermería de Osakidetza, Inmaculada Moro Casuso, el presidente del Comité Científico de esta edición del congreso, Jesus Miguel Unda Urzaiz, la presidenta de la Fundación para la Formación y Avance de la Enfermería, M.ª Dolores Martínez Márquez, y Presidenta del Congreso, M.ª Soledad Gil Sigüenza.
Escasa sensibilidad en los profesionales ante la incontinencia
Alrededor de 200 millones de mujeres en el todo mundo padecen alguna de las formas de incontinencia urinaria. Éste ha sido uno de los datos aportados por Beatriz Rodríguez Lorenzo, M.ª del Mar Álvarez Paradela, Anais Dalama Álvarez, M.ª del Mar Rodríguez Lama, del Complejo Universitario Hospitalario de Orense durante su intervención en La carga de la incontinencia urinaria de esfuerzo.
Casi un 80% de las mujeres que no acuden a la consulta lo hacen de forma mayoritaria porque banalizan el problema o lo ven como algo normal para la edad. El resto entienden que es un problema sin solución o simplemente no acuden a consulta por vergüenza.
A pesar de que se estima que la prevalencia de la Incontinencia Urinaria está entre el 30-60% en mujeres de mediana y avanzada edad, puede darse tanto en personas sanas como con alguna patología y en ambas sexos (aunque es más frecuente su desarrollo en mujeres). Es un problema clínico infra diagnosticado; ya sea por vergüenza, por desconocimiento de las alternativas que existen para tratarla, por miedo a la cirugía e, incluso en ocasiones, por la escasa sensibilización de los profesionales sanitarios respecto al problema.
Además, se estima que menos de la mitad de la población que sufre pérdida de orina busca ayuda profesional, y algunos estudios refieren que en caso de detección, hasta el 70% de los sanitarios no lleva a cabo ningún tratamiento ni prueba diagnóstica para determinar el tipo de incontinencia, la gravedad y las posibles medidas terapéuticas. Esto provoca que sea una patología oculta, aun siendo una de las enfermedades que mayor pérdida de la calidad de vida ocasionan, hallándose al nivel de otras como la depresión, la artrosis, la diabetes o los problemas de espalda.
Para la evaluación de los tratamientos de la incontinencia se recomienda incluir parámetros relacionados con la calidad de vida porque el impacto provocado depende tanto más del estilo de vida, la edad, el ámbito laboral y las experiencias personales, como de la gravedad de los síntomas.
La lesión medular afecta al sistema urinario y en España se producen mil casos nuevos al año de estas lesiones.
En España se producen cada año 1.000 casos nuevos de lesión medular producidos por traumatismos y distintas patologías y que suponen un gran impacto en la persona, en la sociedad y en las instituciones. Uno de los sistemas afectados en la lesión medular es el urinario y es además, una de las que más morbilidad provoca en estos pacientes debido a la recurrencia de infecciones urinarias, a la formación de cálculos y a las alteraciones de la esfera social que la incontinencia provoca. Se habla entonces de vejiga neurógena y en ella y en los cuidados de los pacientes se centraron Gemma García Espada y Gemma Valero García de la Clínica Asepeyo de Madrid.
Los ponentes explicaron que “cuando se presenta una lesión medular la coordinación nerviosa del sistema nervioso autónomo, los nervios sacros, la médula espinal y el encéfalo, se ve comprometida dando lugar a la vejiga neurógena. Ésta es una patología en la que se ve alterado el funcionamiento de la vejiga.
Este cambio hace que el vaciado vesical no se pueda producir de manera natural y para poder hacerlo hay diferentes procedimientos que deben adaptarse siempre a las necesidades de cada paciente. Recalcaron que “es fundamental la educación sanitaria y la información al paciente de todas las posibles complicaciones que pueda experimentar así como el modo de actuación y para ello es fundamental la participación de un equipo multidisciplinar, donde es prioritaria la participación de los Técnicos en Cuidados de Enfermería La fase de aprendizaje es muy importante para la adquisición de nuevas habilidades para las actividades de la vida diaria”.
El aprendizaje y la adaptación a los cambios físicos, los Cuidados al paciente urostomizado fueron expuestos en la última intervención de la jornada por Rogelia Simón García y Alejandra Álvarez Piñera, Técnicos en Cuidados de Enfermería de Asturias, que insistiendo en el papel que los profesionales desempeñan en la atención y entrenamiento para esta nueva situación que requieren los pacientes.
Cuando el cáncer de vejiga, que es la segunda neoplasia urológica más frecuente, invade capas musculares la solución más habitual es la extirpación quirúrgica de la vejiga junto con los tejidos que la rodean, que en el caso del hombre supone la extirpación de la próstata y vesículas seminales y en el de la mujer los órganos reproductivos internos.
Estos pacientes tienen que afrontar un cambio importante en su vida que en su mayoría afrontan con grandes interrogantes y temores que deben ser resueltos con una buena educación sanitaria. Se trata una intervención de alto impacto físico y emocional para el paciente y sus familiares, por lo que el papel de los profesionales es acompañar al paciente en cada una de estas fases y conseguir que de un modo activo sea capaz de asumir sus cuidados y de adaptarse lo más pronto posible a su nueva situación.
Los pacientes a los que se va a realizar una urostomía han tenido que pasar previamente por fases muy difíciles en las que el equipo de profesionales de enfermería tienen un papel fundamental ya desde el momento del diagnóstico y que aborda aspectos tanto técnicos como psicológicos, higiénicos, etc.
Cerca de 400 profesionales debatirán sobre los Cuidados del Técnico en las patologías urológicas.
La consejera de Sanidad, Miren Nekane Murga Eizagaechevarría inaugurará mañana a las 9:30 el XXX Congreso Nacional de Técnicos en Cuidados de Enfermería (TCE) y Técnicos en Emergencias Sanitarias (TES) que, organizado por la Fundación para la Formación y Avance de la Enfermería FAE, se celebra hasta el día 31 de mayo en el Palacio de Congresos Euskalduna de Bilbao.
En el acto de inauguración estarán presentes igualmente el director del área de salud y consumo del Ayuntamiento de Bilbao, Javier Orduna Zubiri, la subdirectora de enfermería de Osakidetza, Inmaculada Moro Casuso, la presidenta de FAE y Secretaria General de SAE, María Dolores Martínez, y la presidenta de esta edición del Congreso y Secretaria Provincial de SAE en Vizcaya, María Soledad Gil Sigüenza.
La celebración de esta edición del Congreso, cuya acreditación está solicitada a la Comisión de Formación Continuada, se extenderá durante tres jornadas, en las que los más de 400 congresistas inscritos tendrán la oportunidad de debatir y trabajar en torno a diferentes patologías urológicas, cómo afectan a la calidad de vida de las personas y sobre todo, los cuidados que deben recibir por parte de los Técnicos.
El eje central de esta edición se centrará en los “Cuidados del Técnico en las patologías urológicas” y el programa científico se estructura en gran parte con los trabajos realizados por los Técnicos sanitarios cuya labor investigadora no siempre tiene cabida en congresos científicos. De ahí, la doble valía formativa de los congresos nacionales de la Fundación para la Formación y Avance de la Enfermería en los que los Técnicos en Cuidados de Enfermería y, como en esta edición, los Técnicos en Emergencias Sanitarias, pueden asistir como ponentes y como asistentes.
A lo largo de las ediciones precedentes, el Congreso Nacional se ha convertido en el foro idóneo para tratar diferentes temas monográficos de gran interés profesional y relevancia social: Alzheimer, Hospitalización Domiciliaria, Trasplantes, Cuidados en Oncología, Cuidados al Paciente Neurológico, etc.
“La organización de este Congreso Nacional se encuadra en el marco formativo de FAE, que desde su nacimiento siempre ha buscado mejorar y actualizar los conocimientos de los profesionales Técnicos en Cuidados de Enfermería, abriendo en los últimos años su actuación al resto de profesionales técnicos, entre ellos los Técnicos en Emergencias Sanitarias, con el objetivo de adaptarse a la realidad sanitaria y asistencial del Sistema Nacional de Salud”, explica Mª Dolores Martínez, Presidenta de FAE y secretaria general de SAE.