El Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) ha votado en contra del acuerdo presentado por la Administración en Mesa Sectorial de Sanidad sobre el solape de jornada laboral debido a la diferencia que se establece entre los profesionales Técnicos en Cuidados de Enfermería y la enfermería diplomada.
Desde SAE entregamos más de 1.500 firmas el verano pasado solicitando un solape de 10 minutos para que los TCE contemos con tiempo suficiente para trasladar a nuestros compañeros el estado en el que se encuentra el paciente y los cuidados prestados durante nuestro turno, sin embargo la Administración nos ofrece 7 minutos.
Si comparamos esta oferta con la realizada a la enfermería diplomada, que contarán con 20 minutos para realizar este intercambio de información, estamos hablando de una diferencia de 13 minutos, cuando nuestro colectivo es el que más tiempo pasa con el paciente dotándole de los cuidados básicos.
Transmitir esta información al compañero con el que realizamos el cambio de turno es fundamental para la calidad asistencial que se le brinda al usuario, por ello exigimos a la Administración que el tiempo de solape sea más equitativo entre los colectivos, pues todos realizamos un trabajo necesario e imprescindible.
“Este acuerdo es un agravio comparativo ya que por el mismo trabajo, entre el tiempo de solape ofrecido a cada categoría hay una diferencia de dos tercios. Estamos cansados de ser siempre el colectivo que sufrimos los mayores recortes y las injusticias administrativas, tal y como nos ha ocurrido con la convocatoria de OPE de 2018, en la que somos la única categoría profesional obligada a tener el catalán como requisito, mientras al resto sólo se les valorará como mérito”, explica Francisca Galmes, Secretaria Autonómica de SAE en Baleares.

El Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) ha presentado esta mañana ante Función Pública, Interior y Justicia del Gobierno de Navarra las alegaciones al Acuerdo para la distribución de fondos adicionales.
     Para SAE es evidente que el citado acuerdo es contrario al principio de igualdad que  rige las relaciones del personal de la Administración Pública de Navarra y discriminatorio con el personal al que representa y así lo ha puntualizado en el documento. 
     La discriminación generada es el resultado de un acuerdo partidista que necesariamente debe ser revisado antes de su publicación, so pena de vulnerar los principios básicos de igualdad, mérito, capacidad y proporcionalidad que rigen en materia de personal de la Administración pública de Navarra.
     La aplicación de una de las medidas del acuerdo según el Gobierno de Navarra  promocionará a todo el personal del nivel E al nivel D  que se unificará en dos categorías de celador y servicios generales manteniendo la exigencia de la titulación actual del nivel E, es decir, certificado de escolaridad. 
    Para SAE esta medida, que tendrá efectividad en la nómina del mes de noviembre, vulnera de forma flagrante los principios de igualdad,  mérito y capacidad  en el acceso a la función pública así como el principio de proporcionalidad de las retribuciones de los empleados públicos perjudicando claramente los intereses de los técnicos sanitarios cuyas retribuciones serán inferiores a pesar del superior nivel de responsabilidad y categoría, y en clara desproporción con el aumento considerable de carga de trabajo del personal sanitario de formación profesional.
    Asimismo, la nueva reclasificación conlleva un cambio de la actual ordenación y clasificación del personal de la Comunidad Foral de Navarra adscrito al  Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, en la actualidad regulada en el Decreto Foral Legislativo 251/1993, de 30 de agosto (TREP) y en la Ley 11/1992, de 20 de octubre, del régimen específico del personal adscrito al Servicio Navarro de Salud-OSASUNBIDEA.
    El personal de las Administraciones Públicas de Navarra se integra en cinco niveles que se articulan de acuerdo con la titulación requerida para su ingreso y las funciones que desempeñen, donde los funcionarios del nivel D “desarrollarán tareas auxiliares o análogas y deberán estar en posesión del título de Graduado Escolar, Formación Profesional de primer grado o equivalente” y los funcionarios del nivel E “desempeñarán tareas de asistencia subalterna y deberán estar en posesión del Certificado de Escolaridad o equivalente”.
    En adelante, los celadores en la Administración pública de Navarra seguirán realizando las mismas funciones de naturaleza subalterna y, para su acceso no se les exigirá titulación superior a la actual, pero estarán encuadrados en el Nivel D junto al personal Técnico en Cuidados de Enfermería que desarrollan funciones de superior categoría derivada, a su vez, de una formación específica requerida para el desempeño de dichas funciones.
    Es de resaltar que la forma “sectaria” de acometer la ordenación y reclasificación del personal a través del Acuerdo alcanzado con la Mesa negociadora, provoca otras muchas discriminaciones. Entre otras, la que sufrirá el personal que ocupa los puestos de cuidador y que se mantendrán en el nivel D.
    La selección del personal para la cobertura de estos puestos se ha realizado a través de procesos de selección únicos e idénticos para todos los centros exigiendo a los aspirantes el  certificado de escolaridad como requisito de acceso.
    Conforme al precitado Acuerdo, el personal cuidador que trabaja para el Departamento de Educación, en clara discriminación del resto de los cuidadores, verá reconocidas sus funciones dentro del NIVEL C.  Sin embargo,  el  personal cuidador que presta sus servicios en el Centro San José, no se ve reconocido ni incluido en este acuerdo, con que no solo permanecerá de forma discriminatoria e inmotivada en el nivel D  sino que además se le impedirá acceder a dichos puestos ahora de nivel C.
    Es obvio que esta reordenación que se pretende exige una revisión que contemple la reordenación conjunta del personal de Técnicos en Cuidados de Enfermería a quienes, no podrá mantenerse en el mismo nivel que al personal subalterno, salvo que dicho nivel se organice a su vez de forma ordenada y jerárquica de modo semejante a como se ha hecho en la legislación del Estado. 
    En definitiva, afirma Begoña Ruiz, secretaria autonómica de SAE en Navarra, “estos  argumentos avalan la solicitud de SAE para que se disponga lo que fuera preciso para reformular el encuadramiento del personal de esta Administración de la Comunidad Foral de Navarra de forma que garantice la igualdad de todos los trabajadores”.
    Estos mismos argumentos se expondrán en la reunión que SAE mantendrá próximamente con el Consejero de Salud, Fernando Domínguez Cunchillos. 

    “SAE está recogiendo la profunda indignación de los Técnicos Sanitarios que se han quedado solos en su reivindicación, afirma Begoña Ruiz, secretaria autonómica del Sindicato de Técnicos de Enfermería”.
    “Nuestra reivindicación no es solamente retributiva. Puede que en los próximos años todos los profesionales navarros consigamos mejorar un poco nuestro salario por algunos complementos que puedan mejorar. Pero para los profesionales de la Formación Profesional lo realmente importante es el respeto que, como profesionales titulados y como trabajadores de la Administración de Navarra, merecemos”.
    Por más que la mejora de los Técnicos Sanitarios sea el objetivo fundacional de SAE, si los sindicatos firmantes hubieran incluido en el acuerdo a los profesionales de Formación Profesional estaríamos satisfechos del resultado, porque nuestro objetivo nunca ha sido colgarnos medallas, ni apuntarnos méritos, ni propios ni ajenos.
    La responsabilidad de la Administración es que esos fondos se repartan de forma equitativa y equilibrada puesto que detrás de estos fondos, está el esfuerzo de todos y el reparto debería ser, igualmente, para todos. Sin embargo, la justificación de la consejera de Presidencia, Función Pública, Interior y Justicia del Gobierno de Navarra, María José Beaumont para justificar esta firma carece de todo sentido, al afirmar que “no era posible repartir esas cantidades adicionales de forma lineal a todo el personal, lo que hubiera significado mucho menos trabajo, pero que a los empleados públicos le hubiera supuesto un incremento irrisorio”.
    “¿Irrisorio? Lo que no hace ninguna gracia es la situación actual”, manifiesta Begoña Ruiz Malagón que afirma asimismo que SAE no descarta endurecer las medidas hasta conseguir su objetivo y que se incluya en el acuerdo a los Técnicos Sanitarios

Hoy los profesionales sanitarios nos hemos concentrado en el Hospital de Manacor, y en el resto de hospitales de la isla, como muestra de respeto hacia las víctimas mortales y de solidaridad hacia todos aquellos mallorquines que están pasando por estos difíciles momentos.

“Nuestra implicación como profesionales pasa además por prestar toda nuestra ayuda a los heridos y sus familiares desde una atención sanitaria de calidad”, explica Francisca Galmés, secretaria autonómica de SAE en Baleares.
 

   No se trata de exigir un aumento en las retribuciones, que probablemente se consiga por otras vías sino del respeto que, como profesionales titulados y como trabajadores de la Administración de Navarra, merecemos.

La responsabilidad de la Administración es que esos fondos se repartan de forma equitativa y equilibrada puesto que detrás de estos fondos, está el esfuerzo de todos y el reparto debería ser, igualmente, para todos. Este es un principio indiscutible, como también lo es el derecho de los trabajadores a prosperar y desde SAE nos congratulamos por ello.
    No obstante, las ofensivas críticas vertidas desde alguno de los sindicatos firmantes evidencian el poco interés que tienen por los Técnicos Sanitarios y que este colectivo nunca ha estado en el centro de su interés, más allá de utilizarles como moneda de cambio en las negociaciones. De hecho, así ha quedado demostrado con la firma de este acuerdo en el que se han conseguido mejoras para todos. Menos para los Técnicos Sanitarios, a los que se supone que algunos firmantes también defienden.
    Los Técnicos sanitarios tienen muy claras cuáles son sus reivindicaciones viables, quién no parece tenerlas claras son aquellos que las tienen eternamente olvidadas en las negociaciones o ¿es que quizás por ser un colectivo numeroso merece menos que otros minoritarios?. Lo que duele a estas organizaciones es que, una vez más, y de forma demasiado clara han quedado en evidencia frente al colectivo de Técnicos, no sabiendo cómo salir del atolladero si no es con compromisos futuros.
    Por más que la mejora de los Técnicos Sanitarios sea el objetivo fundacional de SAE si los sindicatos firmantes hubieran incluido en el acuerdo estaríamos satisfechos del resultado porque nuestro objetivo nunca ha sido colgarnos medallas, ni apuntarnos méritos, ni propios ni ajenos.
Sabemos leer, sabemos sumar. Y conocemos la legislación y efectivamente todos los Técnicos Sanitarios están en posesión de la titulación concreta para el ejercicio de su puesto de trabajo, tal y como exige el Estatuto para el personal al servicio de las Administraciones Públicas de Navarra. Y también sabemos cuándo se vulneran las leyes.
Las cuentas salen perfectas. ¿Cuánto vale la formación para obtener un título profesional?: Según algún sindicato firmante, 85 euros es la diferencia salarial entre un Técnico en Cuidados de Enfermería y, por ejemplo, un celador que accede a su puesto de trabajo sin titulación específica. La diferencia se cifra, igualmente en 1.500 horas lectivas.
Es cierto que el aumento de los complementos nos permitirá mejorar un poquito nuestras retribuciones en un par de años, pero no solo a nosotros sino a todos los demás. Aunque, no se trata sólo de retribuciones. Se trata de respeto a los profesionales de la Formación Profesional e, insistimos, en que la firma del acuerdo es una muestra de que todos los firmantes, sindicatos y Administración, se lo han perdido.
Estamos estudiando las medidas legales, para que este Acuerdo no salga en las condiciones que han firmado.