El Sindicato de Técnicos de Enfermería comunica, a través de notas de prensa o cartas al director, a los medios de comunicación todas aquellas informaciones de interés público y profesional en las que SAE es noticia.
Insectos en quirófanos del Gregorio Marañón
La fumigación preventiva ante el hallazgo de insectos en el área quirúrgica no es una solución a los problemas, cada vez más evidentes, que está sufriendo el Hospital Gregorio Marañón (Madrid) donde se están sucediendo lamentables episodios que no son sino las consecuencias directas del estado en el que se encuentra el edificio.
Desde hace unos meses se suceden incidentes de diversa índole, incluidos problemas en la estructura tales como la caída de techos, pero el origen de todos ellos es la falta de mantenimiento como consecuencia de los brutales recortes en la sanidad desde hace varios años.
“Los recortes se hicieron hace tiempo pero las consecuencias se están viviendo hoy en día y el problema es que no se está volviendo a la situación anterior en ningún caso y ninguna partida presupuestaria está volviendo a los niveles anteriores. Por otro lado, son muchas las dificultades y carencias a las que se enfrentan los profesionales y que van solventando con profesionalidad y buen hacer”, afirma Álvaro Cano, Secretario Autonómico del Sindicato de Técnicos de Enfermería en Madrid.
“De hecho, estos sucesos están ocurriendo en varios hospitales ya que los recortes afectaron a todos, por lo que las soluciones no pueden ser parches que se vayan poniendo a medida que van apareciendo estos episodios, sino un plan urgente para acometer medidas eficaces”, finaliza el Secretario Autonómico de SAE.
- La falta de contrataciones de TCE obliga a otros profesionales no sanitarios a cumplir con funciones de enfermería.
- Inspección de Trabajo reconoció el año pasado la sobrecarga laboral del colectivo de TCE.
Algunos consultorios de la Marina Alta no cuentan con Técnicos en Cuidados de Enfermería, lo que supone que las funciones de este colectivo de enfermería las estén realizando otros profesionales no sanitarios, en un caso evidente de intrusismo profesional.
Desde que la concesionaria Marina Salut se hizo cargo de la salud en la Marina Alta en el año 2009, no se ha llevado a cabo la sustitución de ningún profesional de este colectivo ya sea por situaciones de incapacidad laboral, días de libre disposición, vacaciones y excedencias en los centros de salud.
Esta falta de profesionales conduce a un perjuicio a los pacientes que ven reducida su calidad asistencial, situación que se agravará los próximos meses en ciudades como Denia, Xàbia o Calp que triplicarán su población.
Es, además, un agravio comparativo respecto a otros colectivos profesionales en los que sí se llevan a cabo las sustituciones correspondientes. La situación puede ser alarmante durante el periodo vacacional del convenio de Marina Salud, del 1 de junio al 30 de septiembre si algún TCE se ve obligado a disponer de un permiso reglamentario o una baja laboral.
El Comité de Empresa de Marina Salut, del que forma el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) que representa a este colectivo, denunció en 2015 la situación del colectivo y, un año después, realizó la correspondiente evaluación del Riesgo Psicosocial del hospital Marina Salud, en cumplimiento de lo establecido por la Inspección de Trabajo la Evaluación.
Los resultados, tanto en los centros de salud como en el hospital, son totalmente negativos o nefastos para todos los colectivos y especialmente para los TCE. La citada evaluación demostró que este colectivo tiene en el hospital una carga de trabajo excesiva, debido a la gran demanda hospitalaria y el doble esfuerzo que requiere no contar con la ayuda de los celadores, ya que se cuenta con un número de ellos totalmente insuficiente.
El menosprecio que Marina Salut lleva a cabo al colectivo está suficientemente demostrado, por lo que el Comité de Empresa exige a la empresa que acabe de forma inmediata con esta discriminación y sustituye a los TCE en la misma medida que hace con el resto de colectivos profesionales, por el bien de los pacientes y de la salud en general de toda la comarca.
Actúan de manera dictatorial vetando el derecho de los TCE a participar en una jornada formativa
La organización de la jornada “Cuidando al final de la vida”, que se celebrará el próximo 15 de junio en el Hospital La Magdalena de Castellón, ha vetado la entrada a los TCE, tratando a esta categoría como a profesionales de segunda clase y vulnerando su derecho a recibir la formación que considera necesaria para actualizar sus conocimientos.
En el folleto en el que se publicita esta jornada se especifica que la inscripción será por orden hasta completar el aforo. Sin embargo, obviando este anuncio, la organización ha decidido actuar de manera antidemocrática y discriminatoria, excluyendo a los Técnicos en Cuidados de Enfermería que no forman parte de la unidad de paliativos, desde donde se organiza la jornada.
“Esta discriminación es más propia de un sistema dictatorial que de uno democrático. Todos los profesionales tenemos derecho a asistir a esta jornada y, como bien se anuncia, el corte debería hacerse por orden de inscripción, no por categoría profesional. De esta manera están tratando a los TCE como profesionales de segunda clase negándoles su derecho a participar en la formación que se imparte desde el hospital. Por ello, en solidaridad con el resto de TCE del centro, los compañeros TCE de la unidad de paliativos, a quienes la organización además quiere utilizar como azafatas repartiendo la documentación y controlando la asistencia, se han negado a participar en la jornada. Es inadmisible que en pleno siglo XXI aún se adopten decisiones tan alejadas de cualquier tipo de democracia”, explica Soraya Beltrán, Secretaria Provincial de SAE en Castellón.
Obligan a firmar a los profesionales contratos de una categoría inexistente
La Consellería de Sanitat Universal continúa dando muestras del menosprecio que tiene hacia uno de los colectivos más numerosos e importantes de la sanidad: los Técnicos en Cuidados de Enfermería. Sobre esta base de la poca consideración se apoya el hecho de que se continúen obligando a firmar contratos de TCE de una categoría inexistente en la Comunidad Valenciana.
“Este comportamiento de las gerencias, que es quienes realizan el contrato, consentido por la Consellería, como máximo responsable de la sanidad valenciana, es una muestra más del menosprecio que, continuamente, demuestran hacia el colectivo de Técnicos en Cuidados de Enfermería, trascendental en sanidad, afirma Soraya Beltrán, secretaria autonómica de SAE en la Comunidad Valenciana”
“La Consellería se retrata en actuaciones de menosprecio a un colectivo trascendental en la sanidad valenciana y dudamos mucho de que este comportamiento se reproduzca con otras categorías profesionales cuya categoría profesional ha pasado igualmente por diferentes denominaciones”, continúa la secretaria autonómica de SAE.
En cualquier caso, SAE estudia emprender acciones legales contra esta situación ya que parece cuestionable que alguien pueda firmar un contrato de una categoría inexistente y, en tal caso, la validez legal tiene este documento.
Lo más sorprendente es que está incumpliendo su propia normativa ya que la Disposición Adicional Tercera del Decreto 123/2016 de 23 de septiembre publicado en el Diario Oficial de la Comunidad Valenciana del 30 de septiembre establecía el cambio de denominación de la categoría de personal estatutario de auxiliar de enfermería por la de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería.
La situación del Sistema Sanitario Español que dibuja Linda Aiken no es real.
Los datos arrojados por esta enfermera sobre los TCE son falsos.
Madrid, 6 de junio de 2017.-“El Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) estudia emprender las acciones judiciales que considere oportunas ante las declaraciones vertidas por Linda Aiken, por atentar contra la profesionalidad de nuestro colectivo”, manifiesta su Secretaria de Organización y Comunicación, Isabel Lozano.
Aunque estamos completamente de acuerdo con las recientes declaraciones vertidas por Linda Aiken, directora del Centro para Resultados de Salud e Investigación sobre Políticas de la Universidad de Filadelfia, cuando asegura que la reducción de profesionales en las plantillas incrementa la mortalidad de los pacientes, no podemos subrayar sus palabras cuando explica que este incremento de la mortalidad se debe únicamente a la reducción de personal enfermero diplomado y que la contratación de más profesionales Técnicos en Cuidados de Enfermería (TCE/AE) no solventaría esta situación, sino que la empeoraría.
Linda Aiken procede de un país como Estados Unidos, referente en muchas cuestiones, pero no por su sistema sanitario, para cuya remodelación el ex Presidente Obama contrató como asesor al ex Consejero de Sanidad del Gobierno Vasco Rafael Bengoa.
Por ello llama la atención de su intervención en el Congreso Internacional de Enfermería que realice afirmaciones como la siguiente: “añadir un auxiliar por cada 25 pacientes se asocia a un incremento de la probabilidad de muerte de los pacientes en un 25%. Unos resultados dramáticos”.
En definitiva, si tan chusca proclamación tuviese, si quiera, un punto de certeza tendríamos que concluir que bastaría con reducir el número suficiente de TCE/AE en el ámbito sanitario para conseguir lo que ha venido siendo hasta ahora un sueño inalcanzable del género humano: alcanzar la inmortalidad. Mucho nos tememos que estas investigaciones son de nivel semejante a las del artículo científico que se hizo viral hace escasos días en el que se aseguraba que el calentamiento global era consecuencia directa de los genitales masculinos.
A la postre, resulta desolador comprobar que numerosos análisis, estudios o conclusiones que se tienen por científicas, pero no presentan ninguna clase de rigor, acceden a plataformas de difusión tenidas por ciertas.
Estamos completamente convencidos de que las declaraciones de Aiken están sacadas del contexto sanitario estadounidense, pues no tienen nada que ver con nuestra realidad sanitaria ni con los datos publicados en diciembre de 2016 por el Ministerio de Sanidad referentes a 2010 y 2014.
Según el Ministerio de Sanidad, en este periodo de tiempo, en el sector público sanitario disminuyeron las plantillas de TCE/AE en casi 4.000 profesionales –un 3,19%- frente a la merma del 0,35% del personal de enfermería diplomado. Curiosamente, en este mismo periodo aumentó la mortalidad en un 0,10% en este ámbito sanitario. Estos datos indican que, precisamente, el aumento de TCE/AE rebaja el índice de mortalidad, ya que, como bien dice Aiken, los pacientes ingresados pueden contraer otras patologías e infecciones que aumentan los costes y, por supuesto, la mortalidad. Por ello es necesaria la contratación de TCE/AE para prevenir estas situaciones, pues somos los profesionales indicados, por pasar más tiempo con el paciente, para detectar cualquier anomalía, pudiendo evitar muchas de estas infecciones, sobre todo porque la mayoría de la población ingresada es una población envejecida.
Además de con los datos del Ministerio de Sanidad, las declaraciones de Aiken están en clara contradicción con las conclusiones recogidas en el Libro Blanco de la profesión del Técnico de Enfermería, editado por FAE y elaborado por la Universidad Europea de Madrid en el que se expone que la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud depende, en gran medida, de la transformación de puestos de trabajo que hoy en día ocupa la enfermería diplomada en puestos de TCE/AE, pues este cambio reduciría el gasto sanitario público, generando un ahorro de más de dos millones de euros al año en un hospital medio de 200 camas.
Estos son los datos reales, por ello nos preguntamos si es que Linda Aiken ha recibido algún tipo de retribución por falsear las cifras del Sistema Nacional de Salud.
Si no ha sido así, quizá, antes de llevar a cabo declaraciones de una manera tan rotunda, Aiken debería haber tenido en cuenta la realidad de la sanidad española y no afirmar que la contratación de profesionales TCE/AE aumentaría la carga asistencial de la enfermería diplomada que debe supervisar la labor de los TCE/AE, incrementando con ello la tasa de mortalidad, ya que aquí la enfermería diplomada no supervisa en absoluto el trabajo de estos profesionales.