En primer lugar, el papel de los TCE es fundamental en cualquier ámbito asistencial donde se preste atención sanitaria y el número de profesionales debe ser el adecuado para poder llevar a cabo los cuidados y atención requeridos por el usuario en las mejores condiciones. 

            La plantilla de estos profesionales es deficitaria en la mayoría de los centros hospitalarios por lo que deben aumentarse estas plantillas en todos los centros.

         Por otro lado, y a pesar de las funciones que este profesional puede desempeñar con autonomía en los centros de salud, descargando de esta manera las consultas, el número de TCE en Atención Primaria es muy reducido y en los PAC donde igualmente la presencia de estos profesionales optimizaría los recursos humanos y mejoraría la atención prestada.

Las profesionales deciden un encierro de 24 horas en el salón de actos de dicho centro tras una asamblea informativa y la falta de respuesta por las distintas administraciones de sus reivindicaciones históricas.

Tras una intensa asamblea, en la mañana de hoy, las profesionales del colectivo de TCEs han decidido, como forma de protesta, el quedarse encerradas en el Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla, durante 24 horas para reivindicar mejoras laborales que hacen años vienen reivindicando en Andalucía.

Las más de 20 mil TCEs que trabajan en el SAS hacen una labor imprescindible dentro del equipo de enfermería de todos los centros y quieren que de una vez por todas sus funciones sean reconocidas a nivel laboral y académico.

En primer lugar, reclaman la aplicación inmediata de la clasificación prevista en el Estatuto Básico del Empleado Público, y, por tanto, su pase del grupo C2 de clasificación al C1. Algo que ha sido reconocido, tras 15 años de reivindicarlo, en un reciente acuerdo con el Gobierno de España, que recoge el desarrollo del artículo 76 del EBEP (Estatuto Básico del Empleado Público) en el que se recoge el encuadramiento del colectivo en el Grupo C1. Con este encierro se exige que eso se haga realidad cuanto antes.

En segundo lugar, exigen que se reconozcan sus funciones propias, y que éstas se actualicen (ahora se rigen por las recogidas en un estatuto, ya derogado, de 1973), y rechazan la falta de avances en la Mesa Técnica de Reconocimiento de Funciones que se creó en el SAS, y la pretensión del SAS de que un eventual acuerdo en esa mesa no se aplique de manera inmediata a las TCE de Andalucía, sino que se limita a una propuesta a presentar al Ministerio de Sanidad.

Finalmente, las TCE exigen que se reconozca que la complejidad del trabajo diario que, de forma autónoma y en equipo, hoy en día realizan, no tiene absolutamente nada que ver con lo que se les encomendaba hace muchos años, pero en cambio su titulación sigue igual (técnico medio) y la consideración sobre sus labores no varía con el paso de los años. Es más que evidente que estas miles de profesionales hacen tareas de nivel superior a un técnico medio y deben de ser encuadradas en las de un técnico superior, para ello las distintas administraciones implicadas (Ministerio de Sanidad y Educación y Comunidades Autónomas) deben de ponerse de acuerdo para encuadrarlas donde les corresponde.

El encierro se celebra en el Hospital General del complejo hospitalario de Virgen del Rocío, de Sevilla, y se mantendrá durante 24 horas. Se programan otras acciones en las demás provincias de Andalucía.
 

La responsable de SAE ha puesto de manifiesto los problemas que sufre el colectivo TCE en Asturias con el objetivo de que estos se vean solventados con el aumento económico previsto en los presupuestos.
Así, la principal carencia reside en las ratios de profesionales TCE, que son insuficientes y no se ajustan a la realidad socio-demográfica de España, donde predomina una población envejecida que necesita cuidados fundamentales.
Por ello el modelo sanitario actual se deberá reconfigurar y orientarse a la atención de una población envejecida y a la protección de colectivos en riesgo, que progresivamente será posible identificar con mayor facilidad y con intensidad en los cuidados de los profesionales de Enfermería no solo en el ámbito sanitario sino también en el ámbito asistencial de pacientes crónicos, en los que el rol de los TCE sería aún más necesario e importante que en la actualidad, aunque ya es el colectivo más numeroso tanto en los públicos como en los privados o concertados, haciéndose en el futuro totalmente necesario si se pretende, por necesidades organizativas la optimización de los escasos recursos humanos existentes (médicos y enfermeras).
La OMS señala que, en el marco de las prioridades nacionales, era necesario que “los trabajadores apropiados, con las destrezas apropiadas ocupasen los puestos apropiados para realizar las tareas apropiadas”.
Por otro lado, tras el análisis de diversas encuestas realizadas, la información obtenida dentro del área Organizativa de Enfermería recoge que muchas de las funciones asignadas nominalmente a la enfermería universitaria, vienen siendo realizadas por otros profesionales como son los TCE.
De esta manera, y en la medida que estas funciones de enfermería sean realizadas por TCE se disminuirá la carga de trabajo del personal enfermero, que podrá dedicarse a funciones emergentes o consolidadas también, en relación a los médicos, y que podría suponer, además, una modificación, a la baja en el gasto total del área de Enfermería.
Cabe destacar que la poca relevancia que se le da a estos profesionales y las ratios insuficiente actuales, quizá venga dada por la falta de la figura del Coordinador de TCE que organice las plantillas y realice la carga de trabajo y necesidades asistenciales para una mejor organización de los recursos humanos existentes.
Asimismo, la responsable de SAE solicitó que se acabe con los “contratos basura” de dos, tres días, que se vienen realizando y que están generando una situación insostenible en los profesionales.
“Y, sobre todo, esperamos que con la aprobación próximamente en el Parlamento de la Ley de la Función Pública Asturiana en adaptación al Estatuto Básico del Empleado Público, se haga realidad la nueva clasificación del personal empleado público, de acuerdo a la titulación exigida para el desempeño de sus funciones y se encuadre a los TCE en el subgrupo C1 y a los Técnicos Superiores en el grupo B”, explica Blanca Lozano, secretaria autonómica de SAE.

        Desde hace meses, no se cubren las bajas laborales, la plantilla de los llamados “pool” es insuficiente para cubrir todas las incidencias diarias. El parche ante esta situación es recurrir a los  propios trabajadores a los que con el eufemismo de las necesidades de servicio se les obliga a cubrir los turnos que están descubierto.

        El Sindicato de Técnicos de Enfermería exige al Servicio Extremeño de Salud que contrate el número de Técnicos en Cuidados de Enfermería necesarios para que se puedan cumplir el derecho de los profesionales a conciliar su vida laboral y profesional.

        Además, no se trata de una unidad concreta en la que, en determinadas ocasiones, se dan picos asistenciales como las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) o en urgencias sino que la carencia de profesionales es en todas las unidades.

        La única necesidad del servicio es que éste cuente con el número de profesionales necesarios para poder cumplir con todas las premisas: ofrecer una atención sanitaria digna, que los profesionales puedan disfrutar de sus permisos reglamentarios y puedan ejercer su derecho a la conciliación de la vida laboral y familiar.

        Por otra parte, las contrataciones han de llevarse a cabo en las debidas condiciones, ya que los pocos contratos que se hacen llegan a hacer 197 horas al mes y les asignan turnos maratonianos en los que tampoco se respetan su derecho la conciliación.

        No son pocos los compañeros que han manifestado sentirse los esclavos del Servicio Extremeño de Salud lo que debería llevar a sus responsables a poner fin a esta situación de manera inmediata.

En España, más de 4,3 millones de personas conviven con algún tipo de discapacidad, según recoge la última encuesta “Discapacidad, Autonomía Personal y situaciones de Dependencia”, realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2020, una cifra que refleja un aumento del 11,8% entre los hombres y un 5,4% entre las mujeres con respecto a los datos de 2008; y entre los grupos de discapacidad de personas que residen en hogares destacan los de movilidad, vida doméstica y autocuidado. 
 En este sentido también se pronuncia la Organización Mundial de la Salud (OMS), que cuantifica en más de 1.000 millones el número de personas que tiene alguna forma de discapacidad en todo el mundo. Una cifra, según las previsiones, que no dejará de crecer debido al envejecimiento de la población y el incremento de las enfermedades crónicas. Por ello, desde el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) creemos fundamental contar con el número de profesionales adecuados para mejorar su calidad de vida y garantizar su bienestar, tanto en las instituciones como en los domicilios y, en este sentido, por nuestra formación, los Técnicos en Cuidados de Enfermería (TCE) y los Técnicos en Atención a Personas en Situación de Dependencia, debemos formar parte de estos equipos multidisciplinares. 
“De esta manera se daría respuesta a algunos de los objetivos incluidos en la Estrategia Española sobre Discapacidad 2022-2030, que busca promocionar la autonomía de las personas con discapacidad, potenciar la permanencia en sus domicilios, desarrollar la asistencia personal, fomentar la vida independiente y evitar, en la medida de lo posible, el ingreso en instituciones. Para ello es necesario contar con profesionales que conozcan sus necesidades y tenga las herramientas adecuadas para responder a las demandas, tanto de las personas con discapacidad como de sus familiares y/o cuidadores”, explica Daniel Torres, secretario de Acción Social de SAE.