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De seguir así, sólo los TCE atenderán en catalán
Palma, 30 de agosto de 2017. Los TCE llevan tiempo soportando una sobrecarga laboral como consecuencia de la escasez de profesionales que no se solucionará mientras las plantillas no se correspondan con las necesidades reales de los servicios. Sin embargo, el argumento de la limitación de la tasa de reposición para no aumentar el número de plazas no es excusa para que no se lleven a cabo las contrataciones para sustitución de los profesionales en situación de Incapacidad Temporal o descansos reglamentarios y que sobrecargan indebidamente a los profesionales.
El reconocimiento oficial por parte del IB-Salut de la escasez de plazas para Técnicos en Cuidados de Enfermería convocadas en la Oferta Pública de Empleo de Baleares no es ninguna novedad ni para IB Salut, ni para SAE ni, por supuesto para los Técnicos en Cuidados de Enfermería (TCE) Sin embargo, no es la escasez de plazas lo que más malestar ha generado entre los TCE.
El anuncio realizado en la tarde de ayer en relación con la moratoria de dos años en la exigencia del catalán, únicamente para médicos y enfermería diplomada, además de ser discriminatorio, es un agravio inasumible para todos los profesionales TCE que se presenten a la convocatoria de ayer, a quienes sí se les exige un determinado nivel de catalán.
Permitir una nueva moratoria de dos años para otros profesionales a la larga es dispensarles de un requisito que para los Técnicos en Cuidados de Enfermería es obligatorio.
Si bien el objetivo de la Administración es “facilitar que los usuarios de la red sanitaria pública puedan ser atendidos en catalán” de seguir así, solamente serán atendidos en catalán por los Técnicos en Cuidados de Enfermería.
SAE está llevando a cabo un estudio de las repercusiones que se van a derivar de esta nueva situación en relación con los criterios lingüísticos y no descarta emprender acciones legales contra esta situación si se confirmara la flagrante discriminación que este hecho tendría en los profesionales de la enfermería básica.
Exigir la lengua catalana a los TCE y hacer una excpeción con la enfermería diplomada es un agravio comparativo.
El Sindicato de Técnicos de Enfermería siempre ha abogado porque se utilice únicamente el castellano en todas las convocatorias de OPE. Sin embargo, la existencia en algunas comunidades autónomas de leyes que contemplan la posibilidad de emplear otra lengua oficial, como es el caso de Baleares con la Ley 4/2016, de 6 de abril, de medidas de capacitación lingüística para la recuperación del uso del catalán en el ámbito de la función pública, debe obligar a las Administraciones a cumplir con ellas.
Esta ley balear contempla que no se exigirá el conocimiento de la lengua catalana en aquellas categorías en las que haya deficiencias de personal, como es el caso de los facultativos, donde el 100% de las plazas se cubren con profesionales procedentes de fuera de Baleares ya que la Facultad de Medicina de las islas sólo lleva un año en funcionamiento.
No es este el caso de la enfermería diplomada ni de los Técnicos en Cuidados de Enfermería, pues Baleares ofrece ambas formaciones y, desde la última convocatoria de OPE en 2009, ha pasado el tiempo suficiente como para que exista un elevado número de profesionales titulados, tanto de enfermería diplomada como de TCE, que demandan empleo.
“Desde SAE no vamos a consentir que la Administración discrimine a los Técnicos en Cuidados de Enfermería exigiéndoles el conocimiento la lengua catalana, mientras no lo hace con los profesionales de la enfermería diplomada, cuando ambos colectivos formamos parte de los equipos de enfermería. Continuaremos trabajando para que finalmente se suprima de las bases de la convocatoria esta obligación pues supone un agravio comparativo contra nuestra categoría profesional”, explica Francisca Galmés, secretaria autonómica de SAE en Baleares.
SAE ha denunciado esta situación en diversas ocasiones ante la Dirección, advirtiendo que empeoraría en los meses de verano.
El Sindicato de Técnicos de Enfermería ha solicitado, en numerosas ocasiones, a la Dirección del Hospital de Son Espases una mayor previsión en el servicio de urgencias ante los continuos colapsos que esta área asistencial ha estado sufriendo a lo largo de los últimos meses, advirtiendo de las complicaciones que podrían ocurrir durante el periodo estival al incrementarse la población flotante en la isla.
Estas dificultades, que no han tardado en producirse, se traducen en 100 pacientes en el servicio de urgencias a primera hora de la mañana de hoy: 44 pendientes de ingreso, de los cuales 32 están en camillas, atendidos por dos Técnicos en Cuidados de Enfermería (TCE), 34 en observación, atendidos por cinco TCE, y 4 usuarios que han tenido que ser desplazados al servicio de traumatología por falta de espacio en la zona de camillas.
Si la Dirección llevara a cabo una gestión adecuada y empezara a preocuparse por los usuarios y su bienestar en lugar de por el ahorro económico estas situaciones se podrían evitar.
“Sin embargo, este ahorro se traduce en plantillas bajo mínimos que obligan a los profesionales a doblar sus esfuerzos para poder llegar a todos los usuarios sin que ello, en algunas ocasiones, sea garantía de alcanzar la calidad asistencial a la que se tiene derecho el paciente. Por ello, desde SAE exigimos a la Dirección que cubra las bajas por incapacidad temporal, los días de vacaciones, etc… Sólo con plantillas adecuadas de profesionales se puede solucionar esta situación insostenible que lo único que genera, además del ansiado ahorro económico de la Dirección, es una alarmante sobrecarga laboral para los profesionales y un indigno malestar entre los pacientes del servicio de urgencias”, explica Xisca Gálmes, Secretaria Provincial de SAE en Baleares.
La mala gestión llevada a cabo en el Hospital de Son Llátzer está avivando el colapso en las urgencias de Son Espases
Por segunda vez en una semana, el servicio de Urgencias del Hospital de Son Espases está viviendo una sobrecarga asistencial insostenible tanto para los pacientes como para los profesionales.
Este servicio de urgencias, ya de por sí saturado, está recibiendo desde anoche a usuarios del Hospital de Son Llátzer, donde la mala gestión de sus gerentes ha colapsado las urgencias al mantener cerrada la planta empleada para descargar el área de urgencias. Este hecho ha provocado que 114 pacientes permanezcan en este servicio: 50 pendientes de ingreso y 64 a la espera de ser atendidos.
Esta situación provocó que el jefe de guardia del servicio de urgencias de Son Llátzer diera orden al 061 para que todos los traslados primarios de este hospital se derivaran a Son Espases, lo que ha generado una saturación que, a las 15 horas del día de hoy, se traduce en 145 pacientes en el servicio: 45 ingresados a la espera de cama, de, y 100 esperando sus resultados o a ser atendidos, de los cuales 30 permanecen en una camilla.
“Desde el Sindicato de Técnicos de Enfermería hemos denunciado el colapso de los servicios de urgencias de la isla en numerosas ocasiones, y así seguiremos haciéndolo hasta que los responsables de la sanidad balear adopten las medidas oportunas para que estos servicios funcionen adecuadamente y den al usuario la asistencia de calidad a la que tienen derecho. Desde luego, la situación actual que presentan estos servicios no es la más idónea para garantizar el bienestar de los enfermos y tampoco lo es para que los profesionales puedan desarrollar su trabajo con las garantías que precisan. Por ello, desde nuestra organización seguiremos denunciando todas aquellas circunstancias que vulneren los derechos de usuarios y trabajadores, exigiendo a la Administración una mayor implicación en la solución de los problemas y una mejor gestión de los servicios que dirige”, explica Xisca Gálmes, Secretaria Provincial de SAE en Baleares.
No hay justificación ni argumento posible para esta situación
Del total de 140 pacientes que permanecen hoy en las Urgencias de Son Espases, únicamente 110 están recibiendo la atención sanitaria que precisan con la debida calidad asistencial puesto que permanecen en una cama debidamente habilitada a la espera de la realización de pruebas diagnósticas, de los cuidados asistenciales o médicos que precisan. 53 de los 110 están a la espera de que tras las correspondientes altas hospitalarias puedan ser trasladados a las habitaciones que les corresponden. La situación de los 30 pacientes restantes es inadmisible: permanecen en los boxes a la espera de que se solucione la situación de hospitalización de los anteriores.
Y todos ellos, atendidos durante la mañana por dos Técnicos en Cuidados de Enfermería y tres diplomados con una sobrecarga de trabajo tan alarmante como evidente.
Desde el Sindicato de Técnicos de Enfermería se ha insistido en reiteradas ocasiones que para evitar estas situaciones es necesario acometer un plan de reorganización de las urgencias y un aumento de las plantillas adecuado. En este sentido, mientras la plantilla de diplomados en el servicio de urgencias es de 15 profesionales, la de TCE es de 10 personas para atender al mismo número de pacientes. Ello a pesar de que los cuidados asistenciales y básicos son responsabilidad de los TCE por lo que al final es el profesional que pasa más tiempo con el paciente.
Xisca Gálmes, Secretaria Provincial de SAE en Baleares, manifiesta al respecto: “no se trata de un momento puntual fruto de picos de gripe, ni de alergias primaverales ni ningún acontecimiento que pudiera, si no justificar, argumentarse para esta situación. Se necesita una reestructuración global en la que se tomen en cuenta todas las variables, y desde luego la optimización de los recursos humanos es una de ellas”.