Humanización de los cuidados. El rol que desempeña el TCE en la humanización de los cuidados es fundamental por su cercanía con el paciente, escuchando tanto lo que necesita éste como su familia. Actitud que influye favorablemente en la evolución del proceso clínico del usuario.

Cuando la mascarilla no es suficiente para aportar O2, los TCE somos responsables de preparar los respiradores de alto flujo para facilitar que la respiración del paciente sea óptima, siendo ésta una terapia más deseable que la intubación.

Cuidados neonatales. La alimentación del recién nacido es responsabilidad del TCE, quien debe conocer tanto los tipos de leche artificial como la adecuada fórmula personalizada y apropiada para cada bebé. De la alimentación de los primeros días depende su futura salud, por ello también es responsabilidad del TCE educar en este sentido a las madres.

Comprobación de tubuladuras. Los TCE somos responsables de comprobar que todas las tubuladuras estén en su correcta posición y que no se desconecten al realizar los movimientos que conlleva la higiene y la realización de la cama. De ello depende el buen seguimiento del paciente intubado.

Etiquetado de muestras. El TCE es responsable de etiquetar adecuadamente las muestras, un trabajo imprescindible para la seguridad del paciente, ya que, una vez sean analizadas en el laboratorio, el correcto etiquetado permitirá al facultativo realizar el diagnóstico al paciente preciso.