Fuerza, equilibrio, valor y responsabilidad
La Ejecutiva Autonómica de SAE en Cataluña está compuesta por el Vicesecretario y Vocal de Organización y Comunicación, Cristian Saludes Monclús, el Vocal de Finanzas, Alejandro López Rabal, y el Vocal de Acción Social, Ángel Antonio Chávez Díaz.
Para que no se les olvide, ¡¡¡PÓNTELA!!!
Con el registro de un escrito a los Servicios de Salud, SAE ha emprendido una campaña a nivel nacional con el objetivo de instar a las Consejerías a que se recupere la jornada de las 35 horas.
Por ello, instamos a los profesionales a que lleven puesta en sus uniformes de manera continua la chapa que hemos elaborado para que no se les olvide, así como que se unan a nuestra recogida de firmas online.
¡¡¡APÓYALA Y PÓNTELA!!!
XXIX Congreso Nacional y IV Internacional de TCE y TES
Desde SAE Barcelona queremos felicitar a las compañeras de la Fundació Hospital Esperit Sant de Santa Coloma de Gramanet, Mª Belén Alonso y Estefanía Luque, por haber recibido el premio a la mejor ponencia en el XXIX Congreso Nacional por su trabajo "Identificación y notificación del maltrato al personal sanitario de un hospital".
Enhorabuena por haber recibido el primer premio y por el esfuerzo e implicación que habéis depositado en este gran evento formativo tan importante para todos.
SAE ha denunciado a Inspección de Trabajo que la empresa abone correctamente los salarios de los trabajadores que tengan una reducción de jornada por cuidado de un menor de 12 años o disminuido físico, psíquico o sensorial o un familiar por razones de edad, enfermedad o accidente que no pueda valerse por sí mismo.
Ya que se están pagando mal las nóminas por importe inferior a lo que les corresponde a los trabajadores.
* Tercera jornada del XXIX Congreso Nacional y IV Internacional de TCE y TES.
* La violencia en el ámbito sanitario es una de las principales causas de estrés y accidentes laborales.
“Según la Organización Mundial de la Salud, la violencia de género se presentará en 2020 como una de las 15 primeras causas de enfermedad y muerte. Sin embargo, la ausencia de un modelo explicativo que permita entender el recorrido lesivo de los actos que produce la violencia a través de las diferentes dimensiones de la salud de la víctima dificulta la posibilidad de incidir en el problema”.
Así lo han expuesto José Antonio Luque, Alejandro Juan Alonso, Juan María Pérez y Javier Millán, TCEs del área quirúrgica del Hospital Universitario Son Espases de Baleares, durante la presentación de su trabajo Instantánea de la violencia doméstica sobre el ámbito sanitario, presentado durante la tercera jornada del XXIX Congreso Nacional y IV Internacional de TCE y TES que se está celebrando en Barcelona.
“Los servicios sanitarios, con la colaboración de la legislación presente a todos los niveles, desde el autonómico, pasando por el nacional y apoyado por el europeo, deben intervenir en la prevención, detección y denuncia del problema que causa la violencia sobre la salud de sus víctimas. En este sentido, los servicios de atención primaria y urgencias ocupan una posición privilegiada para detectar y orientar a la víctima de violencia. No obstante, estamos ante un abordaje que requiere formación específica y recursos especializados de coordinación y apoyo extrasanitario, donde entran en juego otros profesionales como los jurídicos y los graduados sociales. Pero, además de generar estructuras de salud pública en la detección y prevención del problema, debemos instar a la víctima a que denuncie al agresor, para ello debemos dotar a los profesionales de formación específica para su abordaje y desarrollar protocolos de actuación que evalúen el impacto que presenta la sintomatología que produce la violencia. Solo así nos podremos acercar a las víctimas, hacerlas más visibles y evitar la reproducción de los hechos, detectando y denunciando la situación”, concluyen los autores.
Maltrato psicológico
Durante esta jornada, Ana Isabel Segovia y Mónica Juiz, TCEs del Hospital Clínic de Barcelona, han destacado el papel del TCE para detectar y actuar ante un caso de maltrato psicológico durante la presentación del caso clínico Fundamentos profesionales y habilidades sociales del TCE para detectar el maltrato psicológico.
“La dificultad en el diagnóstico y el manejo de un caso de maltrato psicológico requiere por parte de los TCE conocer las habilidades sociales comunicativas necesarias para detectarlo. Así, ante un maltrato psicológico, el TCE debe ser un profesional con estabilidad emocional, seguro y con confianza en sí mismo, con capacidad de comunicación y escucha activa, con el objetivo de crear un vínculo con el paciente basado en el respeto y la privacidad. A la vez, ha de ser un profesional con actitud de colaboración con el resto del equipo multidisciplinar para conseguir el objetivo común de detección del maltrato psicológico”, han explicado las autoras.
Agresiones en el ámbito sanitario
Desde 2015 los atentados cometidos contra el personal sanitario con estatuto funcionarial, que se hallen en el ejercicio de las funciones propias de su cargo, o con ocasión de ellas, se consideran actos de atentado (artículo 550.1 del Código Penal), “sin embargo, el incremento de los casos de maltrato hacia el profesional es un hecho que ha convertido la violencia en el ámbito sanitario en una de las causas principales de estrés y accidentes laborales. Por ello es urgente crear un protocolo de actuación, prevención y formación para emplearlo como herramienta básica ante cualquier tipo de agresión”.
Esta es una de las reivindicaciones expuestas por Belén Alonso y Estefanía Luque, TCEs del Hospital Esperit Sant de Barcelona, durante la presentación de los resultados del estudio que han realizado en el centro hospitalario sobre las agresiones sufridas por personal sanitario, Identificación y notificación del maltrato al personal sanitario de un hospital.
“El análisis de las agresiones registradas entre los años 2013 y 2017 por el grupo de trabajo de prevención de la violencia, COPREVI, de la Fundación Hospital Esperit Sant muestra un total de 117 notificaciones, siendo mayoritaria la agresión verbal en un 58,15% de los casos. El colectivo más afectado en la globalidad de los tipos de agresión es el personal de enfermería, suponiendo un 56,17% del total de la muestra. En urgencias se registra el mayor número de agresiones (63); con respecto a los turnos, las mañanas y las noches cuentan con 51 y 37 casos respectivamente; y atendiendo al tipo de contrato, es el personal con contrato estable el que más agresiones sufre (98)”, han explicado las autoras.
En este sentido, Mª Cruz Gómez, Mª Gema Calvo, Mª Belén Novo y Mª de los Ángeles Cernadas, TCEs del Complejo Hospital Universitario A Coruña, durante la presentación de su ponencia La violencia laboral externa. Guía de actuación, han dado a los profesionales algunas pautas para prevenir situaciones de conflicto y, en caso de que se produzcan, saber actuar al respecto con el agresor, insistiendo, una vez más, en la necesidad de notificar la agresión, independientemente de si esta es verbal o física, en el menor tiempo posible a un superior jerárquico inmediato.
“Junto a la notificación es fundamental que las Administraciones promuevan entre los pacientes y la sociedad general la sensibilización sobre el problema para que las cifras no sigan en aumento. En este sentido, los profesionales necesitamos información sobre cómo actuar cuando nos encontramos en una situación de este tipo y sobre las medidas preventivas y, tras el incidente, debemos conocer los procedimientos y recursos que tenemos a nuestra disposición, así como las personas o departamento de nuestra institución a las que nos podemos dirigir para obtener ayuda sobre el tema”, concluyen las autoras.
Finalmente, el programa ha concluido con el Observatorio Iberoamericano de la violencia ocupacional hacia profesionales de la salud: Una visión general de 12 años, y análisis del colectivo técnico de enfermería, en el que han participado Genis Cervantes, médico del trabajo y doctor en psicología social aplicada de la Sociedad Catalana de Salud Laboral, Jaime Sosa, coordinador del James J. Peters Medical Center de Nueva York, Jose María Blanch, director de programas de doctorado de la Universidad de Cali en Colombia, y Encarna Santolaria, jefa del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Consellería de Sanitat Universal y Salut Pública de la Generalitat Valenciana.
Acto de clausura
El acto de clausura del XXIX Congreso Nacional y IV Internacional de TCE y TES ha contado con la presencia de Roser Galí i Izard, Directora General de Familias del Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias de la Generalitat de Catalunya, Mª Dolores Martínez, Presidenta de FAE y Secretaria General de SAE, Tània Riera, Presidenta de esta edición del Congreso y Secretaria Provincial de SAE en Barcelona, Juan Carlos Rapiman, Técnico en Enfermería del Instituto Psiquiátrico Dr. José Horwitz Barak de Chile, Carlos Antonio Peralta, Técnico en Enfermería de Caja Seguro Social de Panamá y Mercedes Balaguer, Técnico en Enfermería de Perú.
“Hemos asistido a un programa científico que nos ha permitido ampliar nuestros conocimientos sobre la atención a las personas maltratadas y nos ha dado las herramientas para saber actuar cuando somos nosotros, como profesionales sanitarios, los que nos enfrentamos a un caso de maltrato. Nuestra responsabilidad es doble en este sentido, por ello todos los aspectos abordados durante estas tres jornadas formativas deben significarnos no sólo como profesionales sino también como ciudadanos. Ahora tenemos los conocimientos para prevenir y trabajar contra el maltrato y debemos emplearlos con responsabilidad y eficacia para conseguir acabar con esta lacra social”, ha manifestado Dolores Martínez durante el acto de clausura, en el que ha anunciado la sede del trigésimo Congreso Nacional, que se celebrará el próximo año en Bilbao.
* Segunda jornada del XXIX Congreso Nacional y IV Internacional para TCE y TES.
* La OMS y la OIT alertan del riesgo de considerar la violencia como parte inevitable del trabajo.
“Atendiendo a la alta frecuencia de las incidencias, la Organización Mundial de la Salud y la Organización Internacional del Trabajo advierten del riesgo de considerar la violencia como parte inevitable del trabajo, lo que se refleja en unas tasas de denuncia alarmantemente bajas: la frecuencia de las agresiones es tan alta que un elevado porcentaje de personal de enfermería, entre ellos TCE, opta por no presentar denuncia”, han manifestado Sonia Martín, Lorena Quiroz, Eilín Navas y Pilar Huguet, TCEs de la Unidad de Geriatría de Agudos del Hospital Clínic de Barcelona, durante la presentación de su estudio Maltrato del paciente al personal sanitario hospitalario en unidades de medicina de un hospital de tercer nivel en la segunda jornada del XXIX Congreso Nacional y IV Internacional de TCE y TES, que FAE y SAE están celebrando en Barcelona.
Esta advertencia de la OMS y la OIT la confirman los datos del estudio: “tras la agresión, el 45% de los profesionales lo comenta con un compañero o un superior, de quien recibe su apoyo, pero, aunque el 79% conoce la existencia del documento de notificación de incidencias que posee la institución, sólo el 31% lo cumplimenta. Este es el principal problema: no se deja constancia formal solo verbal”, explican las autoras.
La OMS estima que uno de cada seis trabajadores enferma por maltrato en el ámbito laboral, un porcentaje que se eleva en el ámbito sanitario en comparación con otros sectores profesionales y que, hasta hace poco, era prácticamente desconocido debido a la falta de denuncias.
Toda violencia laboral, constituida según la Comisión Europea por incidentes en los cuales el personal sufre abusos, amenazas o ataques en circunstancias relacionadas con su trabajo, que ponen en peligro, implícita o explícitamente, su integridad, su bienestar y su salud, debe ser denunciada para que las agresiones se minimicen y para ello se ha de informar y formar a los profesionales de manera más exhaustiva sobre el uso del documento interno de notificación de incidencias, y poner al alcance del personal todos los mecanismos de denuncia externos.
La Ley 31/1995, de 8 de noviembre, sobre Prevención de Riesgos Laborales, señala al empresario como el garante de la seguridad y salud de los trabajadores, de ahí que “los distintos servicios de salud de las Comunidades Autónomas hayan elaborado protocolos frente a las agresiones a su personal que abarcan los aspectos preventivos del fenómeno y ayudan a clarificar cómo debe reaccionar el personal ante las situaciones de violencia para evitarlas o si ello no ha sido posible, qué debe hacer para minimizar su impacto, cómo declararlas, cómo actuar legalmente y quién debe hacerlo y cómo se debe dejar constancia de que se ha producido la agresión”, han explicado Mª Mar Martínez, Alba Marina Torrubia y Beatriz Alcaide, TCEs del Hospital Clínic de Barcelona, durante la presentación de su trabajo Violencia percibida y/o sufrida por el personal sanitario a través del paciente con insuficiencia renal crónica en el servicio de hemodiálisis y nefrología.
Sin embargo, en la práctica aún queda mucho por hacer. Las autoras han reivindicado “la necesidad de conseguir una atención más rápida por parte del departamento de salud laboral, la urgencia de desarrollar campañas de información al paciente sobre sus derechos y sus deberes con el fin de educarle para la protección de los profesionales, y la importancia de ofrecer mayor formación y educación al personal sanitario para afrontar situaciones de violencia”.
En este sentido, los servicios de prevención de riesgos laborales juegan un papel central en la prevención del maltrato en el ámbito sanitario: “deben registrar todas las agresiones, actualizar las actividades preventivas frente a las mismas, organizar formación continuada, asesorar a la dirección sobre las medidas a tomar para evitar las agresiones y divulgar el protocolo de actuación ante agresiones entre todos los profesionales”, concluyen las autoras.
Maltrato al mayor
“Según la Organización Mundial de la Salud, la población mundial de mayores de 60 años se duplicará, pasando de 900 millones actuales a 2000 en el 2050. Este envejecimiento de la población es un fenómeno importante de transformación social que lleva asociado cambios en la cotidianidad de las personas y en las relaciones entre generaciones. En este nuevo escenario debemos estar muy atentos a las situaciones de vulnerabilidad que pueden sufrir las personas mayores, como el maltrato o abuso físico, sexual, psicológico o emocional, así como el abandono, la negligencia o el abuso material o financiero”, tal y como han señalado Manoli Ortiz, Francisca Antonia Martínez y Felisa Sanz, TCEs del Hospital Universitario Dr. Josep Trueta de Girona, durante su intervención ¿Cómo me gustaría ser cuidado/a cuando sea mayor?.
En la detección del maltrato al mayor, al igual que ocurre en el maltrato infantil y en la violencia de género, los TCE tienen una posición estratégica ya que, la mayoría de las veces son el primer y único contacto que los ancianos maltratados pueden establecer, llegando a crear un clima de confianza y bienestar que les permite obtener la información necesaria para reconocer el maltrato o negligencia potencial.
“Por ello, los TCE deben conocer las diferentes formas de maltrato, sus características así como su forma de detección para poder realizar una adecuada evaluación de los pacientes ancianos y así conseguir detectar situaciones potenciales o reales de maltrato. Para ello, es fundamental una mayor concienciación y formación”, concluyen las profesionales.
En este sentido también se han pronunciado las autoras de la ponencia Actuación del TCE ante el maltrato a mayores en hospitalización, Rosario del Carmen Acosta, Beatriz Tena y Mª Dolores Medina, TCEs del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, quienes han subrayado que “los TCE deben actuar como apoyo en la protección contra abusos o sospechas mediante los siguientes indicadores: evidencia de lesiones, fracturas sospechosas, lesiones no atendidas, desnutrición y deshidratación de causas no aclaradas o severas, detección de estados de miedo, ansiedad o inquietud en el anciano hospitalizado, signos de haber estado atado, golpeado, o higiene escasa o nula”.
Finalmente, las TCEs han expuesto algunas de las medidas para evitar el maltrato a personas mayores, como “evitar el aislamiento social a través del servicio de atención a domicilio, centros de salud, etc., favorecer y recibir tutela por parte de los servicios sociales, optimizar y organizar la atención del paciente, facilitando medios y simplificando el tratamiento, adecuar la vivienda a las limitaciones del anciano o institucionalizar al paciente si la familia no puede garantizar su atención y cuidados tras el alta hospitalaria”.
Así, la prevención y la intervención ante el maltrato al mayor pasa por todos los agentes implicados: “desde el punto de vista institucional se deben cumplir las normas de acreditación conforme a la legislación vigente y realizar un seguimiento y evaluación de la institución por parte de las autoridades competentes; por su parte, los profesionales deben adquirir los conocimientos adecuados a través de una formación continuada, deben favorecer reuniones de equipo y adquirir conciencia de que encubrir un maltrato es convertirse en cómplice, entre otros; finalmente, los propios afectados y su familiares deben conocer sus derechos y deberes y denunciar, aunque puedan existir barreras que dificulten la denuncia como el deterioro cognitivo, la creencia de que el maltrato es algo íntimo y familiar o el miedo a ser abandonado”, así lo han puesto de manifiesto Silvia Rojas, Nora Mohamed, Yunaida Ahmed y Mª del Carmen García, TCEs del Hospital Comarcal de Melilla, durante la presentación de su ponencia Maltrato al mayor, ¡No seas cómplice!.
Para conseguir mejorar la actuación ante el maltrato al mayor “desde la OMS se han puesto en marcha iniciativas para detectarlo, cuantificarlo y atajarlo. Así, se ha elaborado una orientación para los Estados Miembros y todos los sectores pertinentes con el objeto de prevenir el maltrato de las personas mayores y fortalecer las respuestas al problema. Igualmente, la OMS realiza una tarea de difusión de información entre los países y presta apoyo a las iniciativas nacionales, colaborando con organismos y organizaciones internacionales para impedir que el problema vaya a más en el ámbito mundial”.
El síndrome de Münchausen, la educación para prevenir, la actuación del servicio de emergencias ante el maltrato o cómo se aborda éste en Panamá han sido otros de los temas abordados durante esta segunda jornada del XXIX Congreso Nacional y IV Internacional de TCE y TES.