Este tipo de respuestas son inadmisibles, por ello desde USAE nos hemos puesto en contacto con Jose Barrando, director de Recursos Humanos, y Víctor Ribot, gerente del centro, para que busquen una solución antes de que los profesionales caigan enfermos por estrés o ansiedad. 
Actualmente, en el servicio de UCI Covid hay un TCE para atender a 3 o 4 pacientes y en la UCI limpia la plantilla es de 4 TCE en el turno de mañana, 3 en el de tarde y 2 en el de noche para atender a diez pacientes. A esta situación se une el hecho de que a los TCE de la UCI Covid se les obliga a limpiar los EPIs de todos los profesionales, lo que USAE ha denunciado en Inspección de Trabajo.
Los agravios comparativos que sufren los TCE no terminan aquí: a finales de agosto, los enfermeros de Quirón cobrarán un plus de fidelización de 1.600 euros por el trabajo realizado frente a la Covid, mientras que el resto de categorías profesionales no percibirán ninguna cuantía a pesar de haber estado en primera línea de actuación con los pacientes, tal y como siguen haciendo ahora.
“La situación en este empresa es insostenible por ello reivindicamos que se adecuen las plantillas para no poner en riesgo la salud de los profesionales y los pacientes y que se abone un plus de fidelización igual para todos los trabajadores que han luchado contra la Covid, acabando así con este sangrante agravio comparativo”, explica Susana González, responsable de USAE en Quirón Palmaplanas.
 

La saturación de las urgencias en los hospitales de Baleares ha hecho saltar todas las alarmas sin que ni IB-SALUT ni las direcciones de los hospitales hagan caso a la reivindicación que desde hace un par de semanas viene realizando el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE).
A las once de esta mañana más de 40 pacientes estaban esperando en las urgencias del Hospital Son Llàtzer a ser atendidos ya que tanto las camas de urgencias como la unidad de corta estancia están completas y la unidad planta 1ª B está cerrada por falta de profesionales de enfermería.  Ayer, los pacientes fueron desviados a una clínica privada, pero la solución no es sobrecargar la sanidad privada cuando el hospital tiene espacio suficiente para atender a todos los pacientes y lo único que faltan son profesionales para hacerlo. Por ello, denunciamos, una vez más, esta falta de plantilla, que se repite en todos los hospitales de Baleares.
La situación es tan extrema que en algunos centros ya han empezado a cancelar operaciones programadas para dejar camas disponibles para los ingresos que llegan del servicio de urgencias.
A este problema se añade el aumento de ingresos positivos por Covid en las islas (en el hotel Covid hay más de 260 turistas ingresados positivos y sus acompañantes), que en algunos hospitales, como el de Manacor, se une a la presión asistencial de las urgencias, que está alcanzando los 200 pacientes diarios, cuando lo habitual para un hospital comarcal es que esta cifra no supere los 120.
“Es urgente que desde IB-SALUT se incrementen las plantillas de profesionales, pues es la única medida que acabaría con la saturación en los hospitales que, como venimos insistiendo desde hace semanas, pone en riesgo la salud de pacientes y profesionales. Todos vemos que esta situación es insostenible, por lo que ya es hora de que los gerentes de la sanidad balear se pongan a trabajar y solucionen el problema antes de que las consecuencias sean peores. La fórmula es simple: más profesionales permitiría abrir espacios ahora cerrados y todo ello mejoraría la calidad asistencial y acabaría con la sobrecarga laboral”, explica Daniel Torres, responsable de SAE en Baleares.
 

            Si ya era grave el pasado viernes, hoy lunes la situación es insostenible: hay 149 pacientes en las urgencias del Hospital Son Espasses, 62 en la sala de espera y 53 pendientes de ingreso.

            El tiempo de espera para el triaje, que es el primer proceso de valoración del paciente en el servicio de urgencias, el tiempo de espera es de más de 20 minutos y la situación no es mejor en el resto del servicio ya sea en observación o en críticos.

            Además, por la tarde hay un TCE menos por lo que la situación que se van a encontrar los compañeros del turno de tarde será desoladora. En el turno de mañana han confesado literalmente al delegado de SAE: “Esto es inhumano. No podemos más

            En el hospital de Son Llàtzer la situación no es mejor: 46 pacientes permanecen en la sala de espera, 37 están pendientes de ingreso, otras áreas como Unidad de Corta Estancias  y en Cuidados Medios están llenos y no hay camas para trasladar a pacientes a unidades de hospitalización porque se han aumentado las camas-covid

            SAE insiste, una vez más, en los riesgos que esta situación conlleva. Es evidente que los pacientes necesitan atención y mientras estos sigan llegando a los servicios de urgencias es evidente que el número de profesionales para atenderles también tiene que aumentar.

            El estrés al que están sometidos los profesionales no solo pone en riesgo su salud, sino también la de los pacientes. No se puede normalizar ni la falta de espacio ni la falta de profesionales que están al límite de su capacidad física y emocional.

Ayer a las 19:30 horas había 98 pacientes en urgencias, de los cuales 42 estaban pendiente de cama, hoy a las ocho de la mañana el número de pacientes era de 64 y a las diez ya había aumentado a 74, de los que 24 están pendiente de cama. Y la previsión es que a lo largo de la jornada estas cifras continúen aumentando. 
Es evidente que con dos TCE en el turno de mañana la atención de calidad es insostenible. Por ello, desde SAE hemos exigido reiteradamente al director de enfermería, Juan Manuel Gavala, y a la subdirectora de enfermería, Teresa Pou, del hospital un incremento de plantilla, pero los responsables del centro derivan, una y otra vez, el problema al IBSALUT, sin que ni unos ni otros adopten las medidas necesarias para que esta situación insostenible finalice. 
Mientras tanto, dos TCE deben hacerse cargo de las zonas de camillas, spa y boxes, tres de las cinco áreas que componen el servicio de urgencias, lo que les impide realizar adecuadamente todas sus funciones competenciales referentes al paciente. 
 El estrés al que están sometidos los profesionales no solo pone en riesgo su salud, sino también la de los pacientes, como ocurrió la semana pasada cuando un paciente psiquiátrico que entró por urgencias prendió fuego a un colchón, un incidente que podría haberse evitado si las plantillas contaran con personal suficiente para atender y vigilar adecuadamente a los usuarios.
 “Normalizar la falta de espacio y profesionales para atender a los pacientes es, además de inhumano, un peligro para la salud de ellos y de los profesionales, por ello desde SAE exigimos, una vez más, a la dirección de enfermería que dote de personal suficiente las plantillas de TCE, pues es la única manera de garantizar una atención sanitaria segura y de calidad”, explica Alejandro Juan Alonso, responsable de SAE en Baleares.
 

Este agravio comparativo muestra una desconsideración insultante hacia el resto de profesionales, que han estado trabajando de forma constante durante la pandemia y que han depositado todo su esfuerzo en levantar las clínicas después de un duro proceso de regulación de empleo que puso en marcha la empresa.

“Es indignante esta actitud discriminatoria, por ello, desde SAE exigimos a la dirección que recapacite y compense de igual manera a todos los trabajadores del grupo, independientemente de su categoría profesional, pues los beneficios que ahora está recaudando la empresa no hubieran sido posibles sin el esfuerzo, compromiso y responsabilidad de cada uno de los trabajadores que conforman sus plantillas”, explica Alejandro Juan Alonso, responsable de acción sindical de SAE.