Tu eres la razón de nuestro trabajo, sin unión no hay colectivo
Se refuerza con un TCE el servicio de esterilización de quirófanos del Hospital La Janda
Cádiz, 23 de junio de 2022.- Desde hace unos meses, el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) está llevando a cabo una intensa labor trasladando a la gerencia del Hospital de Alta Resolución-La Janda las necesidades de Técnicos en Cuidados de Enfermería (TCE) en las diferentes unidades.
En este sentido, el próximo refuerzo se hará en el servicio de esterilización de quirófano con un TCE ya que hasta la fecha había únicamente un profesional para atender toda la carga material, tanto la zona de limpio como la zona de sucio. El volumen de trabajo del servicio de esterilización requiere, como mínimo, la presencia de dos TCE que es lo que SAE ha conseguido tras el mencionado refuerzo.
Cristian Braza, vocal de comunicación de SAE en Andalucía y delegado en el centro sanitario considera que “es fundamental que los profesionales mantengan un nivel adecuado de trabajo y es inadmisible que éste genere problemas de salud, como venía ocurriendo en los compañeros de esterilización que han llegado a sufrir diferentes episodios de migrañas, cefaleas y estrés como consecuencia de la sobrecarga laboral”.
“Sin duda, esta medida supone una mejora para el servicio y desde SAE seguiremos valorando las necesidades de cada unidad y servicio en lo referente a las necesidades de plantilla para ir trasladando, reivindicando e insistiendo ante la gerencia la contratación de los efectivos que se consideren necesarios”, finaliza Cristian Braza.
Córdoba, 22 de junio de 2022.- Los profesionales sanitarios del Hospital Provincial han secundado mayoritariamente la concentración convocada por la Junta de Personal, de la que forma parte el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE), en repulsa por las agresiones sufridas por el personal de la sexta planta de la unidad de infecciosos la tarde del lunes.
Además, el Sindicato de Técnicos de Enfermería ha solicitado que se revisen las cámaras de seguridad del hospital por si hubiera que llevar a cabo alguna actuación ante los altercados vividos en la tarde del lunes.
No hay justificación para que ni pacientes ni familiares, como ha sido en esta ocasión, arremetan contra los profesionales o las instalaciones sanitarias ante una situación que no es la que ellos desean.
“Ningún profesional sanitario puede venir a trabajar con el miedo de pensar cómo va a reaccionar pacientes o familiares ese día. El riesgo de sufrir una agresión no es inherente a ninguna profesión sanitaria y no podemos seguir sufriendo esta lacra. Los profesionales sanitarios”, explica Juan Antonio Moreno, secretario provincial de SAE en Córdoba que insiste en la necesidad de implementar medidas contundentes, que se cumplan debidamente y no queden en multas económicas, y que se lleven a cabo estrategias de concienciación social para luchar contra estos lamentables sucesos.
* La donación de donante vivo ha aumentado en los últimos años.
* Clausurado el XXXI Congreso Nacional de TCE y TES.
* Cáceres será la sede del XXXII Congreso Nacional de TCE y TES.
“Desde la creación de la Organización Nacional de Trasplantes en 1989 se ha pasado de 14 donantes por millón de población (p.m.p.) a unos niveles de 50 donantes p.m.p. en 2019”.
Este es uno de los datos de la ponencia Funciones del TCE en el modelo de donación español: dentro de un hospital público, presentada por Salvador Vaca, Jesús Gómez, María del Carmen Marín y Laura Palomo, Técnicos en Cuidados de Enfermería del Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla), durante la tercera jornada del XXXI Congreso Nacional de TCE y TES, que esta mañana se ha clausurado en Sevilla.
El éxito del modelo español, tal y como han destacado los autores, es comprensible gracias a su enfoque multidisciplinar, que engloba aspectos legales, económicos, políticos y médicos, la excelente coordinación entre los diferentes estratos estructurales, el aumento de la red de hospitales públicos -en la actualidad 170-, autorizados para realizar donaciones, la formación continuada de más de 11.000 profesionales desde 1991 que intervienen, directa o indirectamente, en el mismo, la construcción de un clima social positivo hacia la donación y la generación de confianza, basada en la trasparencia de todo el sistema, así como en una política de comunicación adecuada.
“Un sistema en el que los Técnicos en Cuidados de Enfermería jugamos un papel esencial debido a la cercanía que tenemos con el paciente y su familia, que genera un clima de confianza idóneo para abordar las preocupaciones, dudas y miedos, convirtiéndonos así en el apoyo psicológico de la familia y situándonos en una posición relevante en su decisión de donar o no”.
Donante vivo
“Un trasplante de donante vivo es un procedimiento quirúrgico para retirar un órgano o una parte del mismo de una persona viva y colocarlo en otra cuyo órgano ya no funciona correctamente”, así han definido este proceso María del Mar Burón, Saray Ubón, Yolanda Fernández y Ángela Gómez, Técnicos en Cuidados de Enfermería del Hospital Universitario de León, en su ponencia Trasplante de donante vivo.
La popularidad de esta donación ha aumentado en los últimos años debido a la creciente necesidad de órganos para trasplante y la escasez de órganos disponibles de donantes fallecidos, pues, además de ofrecer una alternativa a la espera, estos trasplantes presentan menos complicaciones y, en general, una mayor supervivencia del órgano donante.
No obstante, existen riesgos asociados a esta donación, a corto y largo plazo, relacionados con el procedimiento quirúrgico, la función del órgano y los problemas psicológicos que se presentan después de la donación, como síntomas de ansiedad y depresión, ya que el órgano donado puede fallar en el receptor y provocar sentimientos de arrepentimiento, enojo o resentimiento en el donante.
Éste, generalmente entre 17 y 60 años, tras someterse a una primera evaluación inicial, debe realizarse un análisis de sangre, una exploración física y una evaluación psicológica, antes del consentimiento y la revisión final. Además, los centros de trasplante con donante vivo proporcionan un defensor independiente para los donantes, cuya función es proteger el proceso del consentimiento informado, ayudarle a analizar sus sentimientos, responder a sus preguntas y proteger sus intereses durante el proceso de donación.
Perder la piel
En la ponencia Perder la piel, Esther García, enfermera del bloque quirúrgico en el Hospital Universitario Infanta Cristina (Madrid), ha explicado el trabajo en las Unidades de Grandes Quemados (UGQ): “se tratan pacientes con pérdida cutánea extensa no sólo de origen térmico, sino también infeccioso (purpura fulminans) o farmacológico (necrolisis epidérmica tóxica), cuyo manejo requiere un enfoque multidisciplinar –cirujanos plásticos, intensivistas, personal de enfermería (enfermeras/os y TCEs), oftalmólogos, dermatólogos…- y especializado, por sus complicaciones y su morbimortalidad”.
Tras llevar a cabo la atención inicial y especializada, se procede a curar la quemadura limpiándola y eligiendo el tratamiento tópico más adecuado y/o valorando la necesidad de tratamiento quirúrgico.
“En el caso del tratamiento quirúrgico, este puede ser de carácter urgente o programado, debiendo este último realizarse lo más rápidamente posible para mejorar la supervivencia y disminuir la estancia hospitalaria. El tratamiento programado consta de dos partes: la escisión de la quemadura mediante dermatomo hasta llegar a un plano viable y la cobertura, que puede ser a través de autoinjertos -es la mejor cobertura definitiva-, mediante cobertura cutánea sintética o con sustitutivos biológicos”, han explicado las autoras.
Trasplante de médula ósea
El trasplante de médula ósea ha sido otro de los temas abordados durante esta última jornada a través de ponencias como El cuidado de la piel en pacientes pediátricos tratados con Tiotepa, presentada por Cristian Saludes y Carmen Moreiro, Técnicos en Cuidados de Enfermería del Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona), quienes han centrado su intervención en las consecuencias que tiene el empleo de citostáticos como el Tiotepa, un fármaco de quimioterapia administrado antes de un trasplante de células madre con el fin de preparar la médula para recibir nuevos progenitores.
“Este fármaco se elimina a través de la transpiración cutánea, y es aquí donde juega un papel protagonista el TCE, pues es el profesional responsable de realizar los cuidados específicos en la piel de los pacientes para prevenir algunas de las complicaciones más habituales, como erupciones cutáneas, cambios de pigmentación de la piel, eritema, sequedad y descamación, entre otros, evitando así la aparición de posibles infecciones y, por lo tanto, mejorando la calidad de vida de los pacientes. Por ello es de vital importancia la actualización de los conocimientos sobre estos cuidados de la piel, pues su puesta en práctica es imprescindible para minimizar los posibles daños causados por el tratamiento”.
Acto de clausura
La jornada de trabajo ha finalizado con el acto de clausura, en el que han participado Carmen Bustamante Rueda, directora general de Personal del Servicio Andaluz de Salud, Mª Dolores Martínez Márquez presidenta de FAE y secretaria general de SAE, Rosario Bonilla, presidenta de esta edición del Congreso y secretaria provincial de SAE en Sevilla, y Cristóbal Arjona, secretario autonómico de SAE en Andalucía.
La presidenta del Congreso ha aprovechado el acto de clausura para agradecer la colaboración de las instituciones sevillanas en el desarrollo de esta edición, así como la presencia de los congresistas y la labor de los Comités Científico y Organizador, "sin cuya labor estas tres jornadas de trabajo no hubieran sido posible".
Por su parte, Mª Dolores Martínez ha manifestado su satisfacción por el desarrollo del programa científico, "cuyo éxito ha estado arropado por los más de 400 profesionales técnicos que nos han acompañado, convirtiendo, una vez más, esta cita anual en un encuentro imprescindible en el que el trabajo y el aprendizaje han sido los protagonistas. Desde FAE trabajamos continuamente por ofrecer a los profesionales técnicos un calendario formativo que les permita avanzar profesionalmente, adaptarse a las nuevas realidades asistenciales, conocer las novedades en el campo de los tratamientos y participar activamente en los equipos de trabajo; y así ha quedado demostrado a través de las diferentes intervenciones y los pósteres informativos que han estructurado el programa de esta edición congresual. Vuestro reto como profesionales es prestar los mejores cuidados al paciente y el nuestro como Fundación es dotar al profesional de las herramientas necesarias para conseguirlo".
El acto ha concluido con el anuncio de la sede que acogerá el XXXII Congreso Nacional, que se celebrará el próximo año en Cáceres y versará sobre Medicina Interna.
• Los profesionales deben recibir formación en comunicación para establecer relaciones empáticas con las familias que permitan incrementar las donaciones.
• Una coordinación perfecta entre el medio extrahospitalario y el ámbito hospitalario es esencial para salvar vidas.
“Las reacciones de ansiedad, depresión, miedo al rechazo y a la enfermedad, inseguridad y el deterioro de la autoestima suponen una barrera en la autonomía personal de muchos pacientes. Por ello es importante que ellos y sus familias reciban apoyo y acompañamiento psicológico durante todo el proceso de trasplante. Y esta intervención debe ser continua en el tiempo, personalizada, individualizada y con carácter preventivo”.
Así lo ha explicado Érika Guijarro, psicóloga en la Unidad de Trasplante Pediátrico del Hospital Universitario La Paz (Madrid) durante la presentación de su ponencia Apoyo psicológico al niño y a la familia en el proceso del trasplante, una de las intervenciones que ha tenido lugar esta mañana en el marco de la segunda jornada del Congreso Nacional de Técnicos en Cuidados de Enfermería y Técnicos en Emergencias Sanitarias, que el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) y la Fundación para la Formación y Avance de la Enfermería (FAE) están celebrando en Sevilla.
La experta ha planteado la importancia que tiene un modelo de intervención en el que se resuelvan los trastornos psicológicos que pueden surgir a lo largo del proceso de la enfermedad y su posterior recuperación: asesorar y entrenar para controlar el estrés, dotar de herramientas para afrontar las situaciones difíciles y ofrecer estrategias para mejorar la relación terapéutica y la comunicación establecida entre los profesionales sanitarios, los enfermos y los familiares, son cuestiones fundamentales para conseguir que el paciente se sienta escuchado y comprendido.
“El objetivo es ofrecer una asistencia psicológica de carácter preventiva (la intervención no se limita a la presencia de crisis sino a un trabajo con una óptica preventiva, asistencial y rehabilitadora), continuada (la asistencia psicológica no se basa en la respuesta a la interconsulta sino en un trabajo presencial diario con las familias) y global (el beneficio del apoyo psicológico es para todos los pacientes, independientemente de la gravedad de la situación clínica y/o emocional”, ha explicado Érika Guijarro.
Beatriz Rodríguez, María del Mar Álvarez, María del Carmen Acosta y María del Mar Rodríguez, Técnicos en Cuidados de Enfermería del Hospital Universitario de Orense, también han abordado la importancia del tratamiento psicológico como prevención en su ponencia Trastorno de ansiedad post-trasplante, donde se han centrado en el desgaste psicológico que conlleva el trasplante de Médula Ósea, un proceso que requiere intervenciones preventivas para reducir la ansiedad, la depresión, las fobias… y facilitar así al paciente su adaptación a la enfermedad para conseguir una mejor calidad de vida.
¿Cuánto sabemos del proceso de donación?
Maite Martínez, Almudena Guzmán y Ana Belén Cledera, Técnicos en Cuidados de Enfermería del Hospital Universitario Infanta Sofía (Madrid), han presentado la ponencia El profesional de Urgencias y Emergencias, ¿cuánto sabemos del proceso de donación?, destacando la necesidad de poner en marcha habilidades en el ámbito de la comunicación para conseguir donaciones de órganos ya que en la actualidad existe una incorrecta gestión provocada por el desconocimiento de las recomendaciones incluidas en la Guía de recomendaciones para el profesional de enfermería de urgencias y el proceso de donación, desarrollada por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), lo que limita el aumento de posibles pacientes susceptibles de ser donantes.
El Plan Estratégico-Donación 40, de 2008, marcó una línea de actuación fundamental en la detección de posibles donantes fuera de la UCI, integrando los Servicios de Emergencias y los Servicios de Urgencias Hospitalarios en el proceso de donación, convirtiéndose en la principal vía en el incremento de las tasas de donación en pacientes con muerte encefálica.
“El proceso de muerte encefálica se desarrolla generalmente en las primeras 72 horas y en ella intervienen múltiples factores, por lo que es razonable establecer un plazo de espera corto (24-72h), aunque podrá modificarse en función de la evolución del paciente y de acuerdo con la familia, a quien se le debe ofrecer la opción de ingreso en UCI y la alternativa de ingreso hospitalario en otra unidad, aclarando que la segunda opción no permitirá la donación de órganos ya que las medidas de soporte vital y mantenimiento que precisaría sólo pueden llevarse a cabo en la UCI, aunque sí podría ser donante de tejidos”, han explicado las autoras.
Favorecer la implicación debe pasar por el diseño de un protocolo de cuidados al final de la vida donde se haga referencia a que, una vez consensuado que el tratamiento es inútil, se valore limitarlo y plantear la donación como una opción. En este sentido, se debe implantar la inclusión del proceso de donación en el plan básico de formación de los profesionales de los Servicios de Emergencias y los Servicios de Urgencias Hospitalarios, educar en técnicas de comunicación de malas noticias y entrevista previa e incluir a los profesionales en proyectos científicos relacionados con la donación de órganos.
En este sentido también se han pronunciado las Técnicos en Cuidados de Enfermería Estefanía Flores y Cristina Valverde, del Hospital San Carlos (Madrid) durante la presentación de su ponencia Qué dar cuando no te queda nada, a través de la cual han abordado la importancia del proceso de duelo, sus etapas y cómo afecta éste a la toma de decisiones frente a la donación.
“Los padres del posible donante de órganos son, ante todo, una familia en duelo que está sufriendo una muerte prematura. Por ello, los profesionales debemos actuar con la máxima sensibilidad, prudencia y empatía, concediéndoles el tiempo que precisen para asimilar su duelo y tomar decisiones en torno a la donación. Los TCEs tenemos una función primordial en este aspecto, garantizando unos cuidados óptimos, transmitiendo cercanía y apoyando emocionalmente”, han explicado las autoras.
Para ello, es necesario poseer una adecuada formación: “en la Unidad de Pediatría del hospital estamos desarrollando un protocolo centrado en los cuidados óptimos al final de la vida, donde vamos a tratar de cuidar tanto al niño como a la familia. Algunas de las habilidades recogidas en el protocolo se centran en la presentación adecuada del profesional, el cuidado del lenguaje no verbal, la escucha activa, permitiendo a la familia expresar sus sentimientos, y la necesidad de evitar el uso de frases como “el tiempo lo cura todo”, “sois jóvenes, tendréis más hijos”… y el empleo de otras como “llorad lo que haga falta”, “no tengo palabras que os puedan consolar”. La implantación de este protocolo mejorará la atención ofrecida”, concluyen las autoras.
Emergencias 061
El trabajo desarrollado por el equipo de emergencias 061 o la gestión de los traslados de trasplantes han sido otros de los temas abordados durante esta segunda jornada, destacando la importancia de llevar a cabo una coordinación perfecta entre el medio extrahospitalario y el ámbito hospitalario para salvar vidas, ya sea de forma directa o mediante la obtención de órganos.
En este sentido, Manuel Bayón, médico facultativo responsable de Código 41 del servicio provincial 061 de Sevilla, ha destacado la importancia de “la donación en asistolia como paradigma del trabajo multidisciplinar que implica a muy distintos perfiles asistenciales, poniendo en el centro del sistema al paciente y al posible receptor de un órgano” en su ponencia Detección de potenciales donantes y experiencia del equipo de emergencias 061.
La donación en asistolia también ha sido el tema central de la ponencia presentada por María Belén Estébanez, FEA Medicina Intensiva. Coordinadora Médica de trasplantes del Hospital Universitario La Paz (Madrid), Donación en asistolia controlada pediátrica.
“Los potenciales donantes en asistolia controlada pediátrica (DACp) son pacientes con daño cerebral catastrófico que no han evolucionado a muerte encefálica y pacientes en cuidados paliativos en los que se ha optado por la retirada de medidas de soporte vital, una decisión que siempre es independiente de la donación, siendo competencia del equipo asistencial responsable del paciente y consensuada con la familia. Tras la aceptación de la retirada del soporte vital por parte de la familia, se les ofrece la opción de donar. Este tipo de donación aún es limitada, siendo el trasplante renal el que cuenta con más casos. Hasta la fecha se han realizado trasplantes cardiacos, pulmonares, renales y hepáticos, pero no se han realizado intestinales/multiviscerales pediátricos con éxito de DACp”, explica la facultativa.
Los más de 400 profesionales técnicos que asisten a esta edición del Congreso Nacional, organizado por FAE y SAE, abordarán durante estas tres jornadas la situación actual de la donación y el paciente trasplantado.
“La obtención de órganos no ha avanzado al mismo ritmo que la demanda y ningún país tiene órganos suficientes para cubrir las necesidades de su población. En el nuestro, a pesar de la gran actividad en trasplantes que hemos alcanzado, persiste un número importante de pacientes en lista de espera, pendientes de un órgano: a 31 de diciembre de 2021 esta cifra se situaba en 4.762 pacientes, de los que 66 eran niños”.
Esta es una de las afirmaciones realizadas por las Técnicos en Cuidados de Enfermería Mª Ángeles Alcalde, Ana María Antúnez, Marta Valencia y Soiartze de Miguel, de la OSI Bilbao Basurto (Vizcaya), durante la presentación de su ponencia El papel del TCE en la donación en asistolia controlada, presentada en la primera jornada de trabajo del XXXI Congreso Nacional de Técnicos en Cuidados de Enfermería (TCE) y Técnicos en Emergencias Sanitarias (TES), organizado por la Fundación para la Formación y Avance de la Enfermería (FAE) y el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE), que se ha inaugurado esta mañana en el Palacio de Congresos y Exposiciones Fibes de Sevilla ante la presencia de más de 400 congresistas.
En el acto de inauguración han participado Mª Encarnación Aguilar Silva, teniente de alcalde y delegada de Salud y Protección Animal del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Sánchez Tosina, director general de Salud Pública y Protección Animal del Ayuntamiento de Sevilla, Eusebio Jiménez Mesa, subdirector de enfermería del Hospital General Virgen del Rocío, Mª Dolores Martínez Márquez, presidenta de FAE y secretaria general de SAE, y Rosario Bonilla Rodríguez, presidenta de esta edición del Congreso y secretaria provincial de SAE en Sevilla.
Mª Dolores Martínez ha explicado que actos como este congreso, que cumple su trigésimo primer aniversario, “muestran el interés que los profesionales técnicos tienen por mejorar y actualizar sus conocimientos y adaptarse así a la realidad sanitaria y asistencial del Sistema Nacional de Salud. Nuestro Programa Nacional de Donación y Trasplantes es un ejemplo en todo el mundo, lo que muestra la solidaridad de los españoles y la importancia de contar con equipos de profesionales preparados y coordinados para que el sistema funcione de forma eficaz. En este sentido, los profesionales Técnicos en Cuidados de Enfermería somos quienes más cerca estamos del paciente y su familia por lo que tenemos un papel fundamental en los procesos de donación y trasplante”.
Donación en Asistolia
Según han explicado las TCE vizcaínas, el número de pacientes en lista de espera aumenta año tras año, situándose en un porcentaje entre el 7 y el 9% los pacientes en lista para trasplante cardiaco, pulmonar y hepático que fallecen antes de ser trasplantados y en unas cifras similares el número de excluidos de la lista, en muchos casos, por un empeoramiento de su situación clínica.
“La reducción de la mortalidad, relevante para la donación de órganos (mortalidad por tráfico y por enfermedad cerebrovascular), unida a cambios en la atención al paciente crítico, en general, y neurocrítico, en particular, está determinando un descenso progresivo en la potencialidad de donación en muerte encefálica en nuestro país. De ahí la necesidad de desarrollar fuentes alternativas a la donación de órganos”.
En este sentido, en 2012 se publicó el documento de consenso Donación en Asistolia en España y se puso en marcha el programa de donación en asistolia controlada en el Hospital Santiago (Vitoria), convirtiéndose en referencia a nivel nacional. Esta donación de órganos se realiza partir de personas fallecidas por criterios circulatorios y respiratorios tras una limitación de tratamiento de soporte vital decidida conjuntamente por el equipo de profesionales y sus familiares, por encontrarse el paciente en una situación clínica en la que cualquier terapia posterior se considera fútil.
Desde el momento en que este programa se puso en marcha, creció este tipo de donaciones, alcanzando en 2021 el 35% de todos los donantes, lo que representa una cifra muy significativa de donaciones que permite realizar un gran número de trasplantes, contribuyendo así al descenso de la lista de espera.
“Un trabajo en el que los TCE jugamos un papel fundamental, pues participamos en la detección de este tipo de donantes, brindamos apoyo emocional a la familia y realizamos cuidados para mantener al paciente, monitorizando los parámetros respiratorios y hemodinámicos hasta el fallecimiento, apoyando siempre las necesidades del equipo”, explican las autoras.
Microbiota fetal
“La microbiota intestinal se define como el conjunto de microorganismos que habitan de forma natural en el tubo digestivo e intervienen de forma activa en la homeostasis. Su desregulación se ha relacionado con múltiples enfermedades de naturaleza infecciosa, metabólica y autoinmunitaria, como la infección recurrente, grave o complicada, causada por el germen patógeno conocido como Clostridium difficile, o enfermedades intestinales inflamatorias como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn”, han explicado Jerònia Llabrés y Joana Bauzá, Técnicos en Cuidados de Enfermería del Hospital de Manacor (Baleares), en su ponencia Trasplante de la microbiota fecal.
Este trasplante consiste en introducir una solución de materia fecal, debidamente procesada, procedente de un donante sano –del núcleo familiar o no-, en el tracto gastrointestinal del paciente con el fin de manipular las características de su microbiota. Se trata de un método eficaz, económico y seguro que se realiza a través de colonoscopia o de sonda nasoyeyunal.
“La infección por Clostridium difficile es la causa más frecuente de diarrea hospitalaria de origen infeccioso en los países desarrollados. El contagio suele ser por vía feco-oral, y la transmisión se debe a la contaminación ambiental, de ahí que en los hospitales y en los centros de larga estancia sea donde se encuentra la población con mayor riesgo de adquirir la infección y donde ésta se propaga con más rapidez”, explican las autoras, quienes han destacado las elevadas tasas de recurrencia - entre un 10-20%- de los síntomas de esta patología tras finalizar el primer tratamiento con antibióticos, un porcentaje que se eleva hasta el 40-65% tras una primera recurrencia, convirtiendo la enfermedad en crónica.
“De ahí la importancia del trasplante de microbiota, pues estudios recientes han demostrado que este tratamiento es altamente eficaz para la infección recurrente por Clostridium difficile, y se considera el tratamiento de elección en este contexto clínico”, han concluido las ponentes.
Coordinación extrahospitalaria
La Oficina Central de Coordinación Nacional es la responsable de coordinar todos los procesos de donación y trasplante, buscando siempre los objetivos de aprovechar al máximo todos los órganos, conseguir su correcta distribución y alcanzar la eficaz coordinación de todos los equipos de trasplantes y el resto de profesionales no sanitarios, de manera que se garantice la viabilidad de los órganos y su posterior implante en las mejores condiciones.
Así lo ha transmitido Rebeca Bajo, enfermera Coordinadora Nacional de Trasplantes de la Organización Nacional de Trasplantes (Madrid), en su ponencia Coordinación extrahospitalaria del proceso de donación y trasplante, donde, tras explicar el proceso, ha destacado la importancia que tiene “la comunicación entre los agentes implicados durante todo el procedimiento para que éste se desarrolle de la manera más ágil, evitando esperas innecesarias, que aumentarían el tiempo de isquemia del órgano”.
Humanizar la donación
“La falta de formación del personal puede provocar una respuesta negativa ante la donación, pues la familia del niño fallecido reivindica ciertos recursos al equipo de enfermería que debemos conocer. Por lo que es importante dotar a los profesionales que trabajamos en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica de una educación adecuada. La realización de cursos de comunicación terapéutica-asertiva y la instauración de protocolos adecuados y enfocados a los cuidados al final de la vida del niño resultarían de gran ayuda”.
Esta es la conclusión a la que han llegado las Técnicos en Cuidados de Enfermería Cristina Valverde, Estefanía Flores y Blanca Mayordomo, del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), tras la encuesta realizada en 2020 en la UCIP del hospital madrileño, con una plantilla de 66 profesionales -33 TCE y 33 DUE-, y un total de 53 respuestas, coincidiendo el 100% de las mismas en la necesidad de impartir más formación.
Resultados que han presentado en su ponencia El lado humano de la donación: saber cuidar a la familia, donde han subrayado el importante papel que juegan los profesionales sanitarios en el momento en que los familiares deben tomar una decisión tras el fallecimiento del paciente. Una situación siempre delicada, pero especialmente complicada en la medicina pediátrica.
“Aunque es el médico el responsable de comunicar el fallecimiento y ofrecer la posibilidad de donar los órganos del niño, consideramos que el equipo de enfermería, del que formamos parte los TCE, por nuestra cercanía diaria con los pacientes y la familia, jugamos un papel crucial en el apoyo y cuidado de los padres durante todo el proceso, que engloba la muerte, el duelo y la donación de órganos. Debemos influir de manera positiva en esta situación tan complicada, mejorando la percepción del trato recibido y estableciendo una relación de ayuda basada en el respeto”, han explicado las autoras.
Fatiga por compasión
Fátima García, María Paz Gallardo, Álvaro Cano y Ana Isabel González, TCEs del Hospital del Tajo (Madrid), han planteado las consecuencias que el proceso de donación puede tener para los profesionales sanitarios en su ponencia Fatiga por compasión: el coste de los profesionales sanitaros al trabajar con el sufrimiento humano, dejando clara la importancia de que “cuanto más cuidemos de nosotros mismos y más mantengamos la separación profesional de nuestros pacientes, en mejor posición estaremos para ser auténticamente empáticos, compasivos y útiles para ellos”.
La fatiga por compasión en el personal sanitario es un tipo de estrés que se padece a causa de la relación de ayuda terapéutica, de la empatía y del compromiso emocional en un período de tiempo prolongado en el cual el paciente experimenta un sufrimiento físico, psicológico, social y espiritual, que precisa de un profundo cuidado.
Es evidente que no se puede recuperar la salud sin cuidados y que el cuidado precisa de compasión, que es la capacidad de identificarse emocionalmente con el sufrimiento del otro, pero si no se desarrollan mecanismos, recursos y estrategias de afrontamiento adecuados pueden aparecer trastornos de ansiedad o de estrés.
“Los TCE somos los sanitarios más expuestos porque somos quienes pasamos más tiempo con los pacientes y nuestras tareas requieren un contacto más íntimo. Por eso somos también los profesionales apropiados para iniciar un programa de mejora de habilidades emocionales para poder enfrentarnos al sufrimiento humano utilizando técnicas que nos permitan protegernos y cuidarnos de la fatiga por compasión, ya que esto nos facilitará ayudar y tratar el sufrimiento del paciente de una manera más eficaz”, han explicado los autores.