El Sindicato de Técnicos de Enfermería comunica, a través de notas de prensa o cartas al director, a los medios de comunicación todas aquellas informaciones de interés público y profesional en las que SAE es noticia.
Es urgente un compromiso político para poner fin a esta situación
La Palma, 4 de septiembre de 2025.- Las altas administrativas del Hospital Universitario de La Palma están generando un problema tanto a los profesionales que atienden a los pacientes, provocando una sobrecarga inadmisible dada la deficitaria plantilla de Técnicos en Cuidados de Enfermería, como a la propia gestión hospitalaria.
En esta situación se encuentran aquellos pacientes que permanecen en el hospital a pesar de haber recibido el alta médica. Estos ya no requieren hospitalización, pero no pueden regresar a su domicilio por diferentes motivos: necesitan cuidados crónicos no tienen apoyo familiar por lo que el hospital se ve obligado a mantener al paciente ocupando una cama.
Además, en su mayoría, se trata de personas con diferentes grados de dependencia que requieren cuidados continuos lo que aumenta la carga laboral de los profesionales.
Esta situación hace que se complique la gestión hospitalaria al no poder disponer de esas camas lo que impide el ingreso de otros pacientes que sí requieren atención hospitalaria y, por otro lado, provoca que aumente la lista de espera.
La realidad asistencial ha cambiado y no se pueden seguir aplicando los mismos criterios de hace años. La población ha envejecido, los pacientes demandan, cada vez, más atención y cuidados y en muchas ocasiones se trata de dependientes de grado alto o muy alto lo que obligaría a modificar las ratios y aumentar el número de profesionales.
El déficit de profesionales y la sobrecarga laboral a la que se ven sometidos está generando en los Técnicos en Cuidados de Enfermería situaciones límite tanto a nivel físico como emocional.
Esta situación supone un problema en la gestión socio sanitaria y de falta de camas para estos pacientes motivado, en gran parte, por la falta de compromiso de los políticos quienes conocen la situación y no ponen en marcha ninguna medida adecuada. Ni se gestionan camas de crónicos fuera del hospital, ni se aumentan las plantillas de profesionales en éste para, al menos, paliar los problemas que se generan.
Por eso para USAE es necesario que se establezcan estrategias adecuadas con protocolos definidos que podrían incluir aumentar el número de camas en centros residenciales, anticipar las necesidades de los pacientes en lo que respecta a cuidadores o recursos desde que llega el alta para que el traslado se lleve a cabo con la debida celeridad. En definitiva, hay que establecer una red de recursos para la atención de estos pacientes en los que no se pongan en peligro ni los recursos económicos del hospital, ni la salud de los profesionales ni la calidad asistencial de los pacientes.
Mientras se pone en marcha este plan es urgente aumentar las plantillas de profesionales Técnicos en Cuidados de Enfermería que reconocen sentirse abandonados por la sobrecarga laboral y la falta de soluciones.
Barcelona, 1 septiembre de 2025.- El Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) ha denunciado ante la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Barcelona, la Agència de Salud pública de Barcelona y ante Bienestar Social el lamentable estado en el que se encuentran las instalaciones del centro Domus VI Sant Jordi de Cornellà de Llobregat.
Los hechos denunciados podrían constituir infracciones graves en materia laboral, de seguridad e higiene, así como de prevención de riesgos laborales y protección de la salud de los residentes y trabajadores.
La denuncia de SAE recoge, entre otras deficiencias que “desde hace tiempo existen cucarachas y otras especies nocivas en la cocina, plantas y otras dependencias del centro, incluso apareciendo en vajilla, jarras y utensilios de pacientes, lo que ha provocado episodios de diarreas y otras patologías en los residentes, comprometiendo gravemente la salud de personas vulnerables”.
La insuficiencia de personal de limpieza agrava la situación de falta de higiene general en las instalaciones, lo que incrementa el riesgo para pacientes y trabajadores. Existen igualmente otros riesgos que ponen en peligro a los trabajadores del centro dado que se producen cortocircuitos que afectan al suministro eléctrico ocasionando cortes en el aire acondicionado (que solo funciona entre las 9:00h y las 21:00h) y provocando frecuentes apagones lo que aumenta la posibilidad de caídas y accidentes laborales de los profesionales.
Los Técnicos en Cuidados de Enfermería han formulado reiteradas quejas a la dirección del centro sobre estas deficiencias, sin que se hayan adoptado medidas correctoras.
Ante estos hechos SAE solicita que se practiquen las diligencias inspectoras que sean necesarias y se requiera a la empresa la inmediata subsanación de las deficiencias detectadas, adoptando las medidas legales y preventivas que sean pertinentes.
Por otro lado, y ante la gravedad de la situación, SAE espera que se subsanen estas contingencias a la mayor brevedad y urgencia posible.
El Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) lleva desde 2015 denunciando en Inspección de Trabajo la práctica que la dirección de la Residencia DomusVi Sant Jordi de Cornellà realiza cada año durante los meses de verano: apagar los sistemas de climatización que aún funcionan y no reparar los que están estropeados, sometiendo así a profesionales y residentes a elevadas temperaturas que ponen en riesgo su integridad física.
A pesar de que Inspección de Trabajo ha instado reiteradamente a la empresa a realizar un mantenimiento periódico de los dispositivos de ventilación y refrigeración y llevar un control exhaustivo de las condiciones ambientales, año tras año SAE se ve obligado a denunciar esta situación, que genera un problema de salud laboral tipificado en el anexo III del Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo: “en la medida de lo posible, las condiciones ambientales de los lugares de trabajo no deben constituir una fuente de incomodidad o molestia para los trabajadores. A tal efecto, deberán evitarse las temperaturas y las humedades extremas…”.
Asimismo, el RD recoge que la temperatura de los locales donde se realicen trabajos ligeros estará comprendida entre 14 y 25 ºC. Sin embargo, usuarios y profesionales de la residencia están soportando temperaturas de más de 30º, lo que, desde luego, contraviene claramente la legislación vigente.
“El mantenimiento de las instalaciones de luz de la residencia es nulo y esta es una de las causas por la que los sistemas de aire acondicionado que funcionan no se pueden usar, pues los cortocircuitos son frecuentes. Así, la situación no solo agrava el riesgo de sufrir lipotimias o episodios de deshidratación debido a las altas temperaturas, sino el de incendio por el pésimo estado en que se encuentra el cableado eléctrico. Por ello desde SAE instamos, una vez más, a la dirección del centro residencial a que adopte con urgencia las medidas necesarias para garantizar el confort térmico y el bienestar de profesionales y residentes y deje de primar el ahorro económico por encima de la seguridad y la salud, pues las consecuencias pueden ser nefastas”, explica Cristián Monclús, secretario autonómico de SAE en Cataluña.
La falta de profesionales obliga a cerrar camas y quirófanos
A pesar de la insistencia, desde el pasado mes de marzo, por parte del Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) a la dirección del Hospital Universitario Vall d'Hebron para que cubra las vacaciones, incapacidades temporales o licencias sindicales de la plantilla de Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE), los profesionales continúan teniendo que realizar su trabajo bajo la presión y el estrés que genera no contar con personal suficiente para poder dotar de calidad la asistencia.
Esta sobrecarga laboral, acentuada durante los meses estivales debido al incremento de la población flotante, es insostenible para los profesionales en activo, repercutiendo negativamente en su bienestar físico y mental. Así, por ejemplo, es físicamente imposible movilizar a un paciente con un número insuficiente de profesionales, como la dirección del centro está obligando hacer a los TCAE, sin que la integridad física se ponga en riesgo, pudiendo provocar sobrecargas musculares o lesiones en las articulaciones. A este atentado con la salud física, se suman el estrés, la ansiedad o el síndrome del trabajador quemado, reconocidos por la Organización Mundial de la Salud como enfermedades profesionales.
La merma en las plantillas, además, ha obligado al centro hospitalario a cerrar camas y quirófanos, por lo que los pacientes también se ven gravemente perjudicados por la situación, que, desde luego, supondrá un incremento de las listas de espera. Una situación que ya es alarmante en Cataluña –el 32,5% de los pacientes esperan más de seis meses para ser intervenidos- y que se aleja de un sistema sanitario eficiente.
"Por todo ello, volvemos a exigir al Institut Català de la Salut (ICS) y a la dirección del Hospital Vall d'Hebron que actúen con urgencia y responsabilidad. Los TCAE somos un colectivo esencial en la sanidad: somos quienes más cerca estamos del paciente, acompañándoles, realizando su higiene, garantizando su confort y bienestar diarios. Además, sin nuestro trabajo, muchos procesos clínicos y de cuidados quedarían desatendidos, lo que, sin duda, resentiría considerablemente la atención. Pese a todo, somos uno de los colectivos más invisibilizados y precarizados dentro del sistema sanitario público y una muestra de este desprecio está en la situación que las plantillas de TCAE viven diariamente en este centro hospitalario, poniendo en riesgo su salud. La Administración debería saber que la cobertura de las bajas y de los descansos estivales no es un lujo: es una necesidad para garantizar un sistema sanitario digno, justo y seguro para todos, profesionales y ciudadanos”, explica Cristian Monclús, secretario autonómico de SAE en Cataluña.
Los recursos con que cuenta el transporte sanitario en Ibiza se alejan insolentemente de los medios que tienen en Mallorca o Menorca, lo que es un insulto para los ciudadanos y una falta de respeto para los profesionales, que ponen en riesgo su integridad al tener que trabajar bajo temperaturas extremadamente altas mientras buscan soluciones para poder atender de la mejor manera posible a los pacientes.
Así, mientras que en Ibiza los Técnicos en Emergencias Sanitarias (TES) tienen que generar sombra sosteniendo el parasol de un vehículo para poder atender al paciente adecuadamente, en Mallorca o Menorca cuentan con carpas y ventiladores que facilitan la asistencia a los ciudadanos.
“Por ello, desde USAE exigimos, como ya existe en estas islas, la implementación de un vehículo de logística sanitaria de apoyo en los servicios, pues los ciudadanos de Ibiza no son pacientes de segunda clase, tal y como da a entender la Administración al mantener este agravio comparativo entre islas”, explica José Manuel Maroto, delegado de USAE en Baleares.
Esta situación se suma al mal estado en el que se encuentran los vehículos, que están frecuentemente averiados, dejando los recursos bajo mínimos. Una realidad denunciada en varias ocasiones por USAE sin que GSAIB haya aportado una solución para prevenir las consecuencias que tiene para los ciudadanos unas ambulancias deficientes.
“Esperamos que a finales de año podamos contar con las ambulancias nuevas que nos han prometido, pero hasta entonces la situación es de riesgo para los trabajadores y los usuarios”, concluye el delegado de USAE.